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Jueves, 11 Marzo 2010 04:20

Alfredo Etchegaray disputa con Berlín restos del “Graf Spee”

por Yanina Olivera
Los restos del acorazado de bolsillo alemán "Admiral von Graf Spee", hundido en aguas uruguayas en 1939 tras una batalla naval, han dado lugar a una disputa entre el empresario que los recuperó y el gobierno alemán, que quiere impedir su comercialización.


“Siempre propusimos un destino serio, histórico y cultural" para los restos del Graf Spee, pero "contemplando la justa compensación" al trabajo e inversión realizados, dijo a la AFP Alfredo Etchegaray, empresario que obtuvo los permisos del Estado uruguayo para rescatar los restos del buque alemán.

De visita el martes en Montevideo, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, afirmó que su "deseo es evitar que los restos de los símbolos del régimen nazi lleguen al comercio".

"Lo que queremos realmente es que se haga un trato constructivo" de los restos del "Graf Spee" y "Alemania está dispuesta a colaborar (...) para que se presenten sus restos dentro de un contexto histórico, como un museo".

Buzos contratados por Etchegaray rescataron en 2006 la imponente águila de bronce nazi de la popa del "Graf Spee", de 2,8 metros de largo por 2 de alto y 350 kilos.
Dos años antes se había rescatado el telémetro, instrumento óptico de 27 toneladas en forma de cruz con 6 m de alto por 10,5 de ancho, que se usaba para asegurar la precisión de la artillería. Y en 1998 se rescató un cañón de 155 milímetros.

El grupo de rescate submarino se proponía sacar más cañones y otras piezas del Graf Spee, pero un decreto del gobierno uruguayo se lo impidió.

Es que tras la recuperación de la imponente águila nazi, con sus alas desplegadas, Alemania reivindicó en una nota a la Cancillería uruguaya la propiedad del "Graf Spee" y se opuso a la prosecusión de los trabajos.

"Alemania impidió el cumplimiento de un contrato" con el estado uruguayo, alega Etchegaray, que dedicó 25 años de su vida a la búsqueda de naufragios en la zona del Banco Inglés, frente a la costa de Montevideo, detectando 245 barcos de los más de 1.000 que hay en aguas uruguayas, con una inversión total de 2,5 millones de dólares.

Etchegaray alega que el acorazado de bolsillo hundido fue vendido por el embajador alemán en Montevideo Otto Langmann en 1940 al uruguayo Julio Vega Helguera, que concretó la compra como agente encubierto del gobierno de Gran Bretaña por la suma de 14.000 libras -Londres había aceptado pagar hasta 20.000-.

Así consta en los despachos diplomáticos conservados en el Public Record Office de Londres, una copia de los cuales fueron entregados a la AFP en Montevideo por Etchegaray.

"Los ingleses se llevaron solo ocho piezas del Graf Spee" para investigar la tecnología y diseño del buque alemán.

Asimismo, Etchegaray recordó que un decreto ley uruguayo de 1973 declara la propiedad de Uruguay de todos los naufragios.

"Hace cuatro años que vengo proponiendo un museo (...) o una subasta con precalificación de interesados y garantía del destino histórico cultural de la pieza (el águila)", agregó.

"Todos queremos un trato constructivo y conciente para los restos del Graf Spee", indicó.

El Graf Spee protagonizó junto a los cruceros británicos "Exeter" y "Ajax", y el neozelandés "Achilles", la Batalla del Río de la Plata, uno de los primeros enfrentamientos navales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), que tuvo lugar frente a la costa uruguaya el 13 de diciembre de 1939.
Su capitán, Hans Langsdorff, decidió abandonar el combate y dirigirse a Montevideo para reparar el buque.

Cumplidas las 72 horas dadas por el gobierno uruguayo para reparar el buque y creyéndose asediados por una poderosa flota británica, el "Graf Spee", tras desembarcar a sus tripulantes y pasar el límite internacional de tres millas (5,5 km), echó anclas y estalló con explosivos colocados por orden del capitán. Ardió durante tres días y se hundió por estribor.


fuente: AFP