El inconfundible olor a asado de obra impregna el patio hoy lleno de escombros y mañana escenario al aire libre. La remodelada casa de la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA) está tomando forma.

Si un teatro es el hogar de un actor, la SUA vuelve a tener el sueño de la casa propia. El viernes 7 de mayo, a las 11 de la mañana, se inaugurará la primera etapa del Centro Cultural Carlos Brussa (CCCB) con la presencia de autoridades municipales. Funcionará en la planta baja de la inmensa casona de calle Mercedes 929, construida en el siglo XIX y reformada en 1923, hoy sede del sindicato de actores, pero que supo ser oficina del Poder Judicial, de Correos y domicilio particular del político, abogado y docente Miguel Lapeyre. Para el gremio, es el fin de un camino iniciado a su pesar el 2 de enero de 1996, cuando un incendio arrasó con el Teatro Odeón, su anterior sala.

"Para nosotros es un logro de primer orden. Desde que perdimos al Odeón el gremio se había planteado recuperar un espacio físico y un centro cultural en homenaje a Carlos Brussa, quien fue un pionero no sólo del teatro sino de la sindicalización de los actores", dice Sergio Mautone, presidente de SUA.

Entre escombros, andamios y obreros, esta primera etapa del flamante centro cultural ya está en su recta final. Marcos Valls, actor y además coordinador de la obra, señala que para ese viernes, la sala principal y las de ensayo, los baños y un sector para que opere la división cultura del Centro Comunal Zonal 1 estarán operativos. Pero aún faltan cosas. El proyecto final es polifuncional y ambicioso, e incluye biblioteca, archivo, cafetería, espacios para propuestas del Interior, y salas dedicadas a exposiciones y conferencias.

Esta primera etapa se financió con 1.300.000 pesos provenientes de la Intendencia de Montevideo, a través del presupuesto participativo, y con aproximadamente otro medio millón aportado por SUA, indica Mautone. También participó la UTU y el Instituto de Enseñanza de la Construcción (IEC) a través de un convenio. El inmenso trabajo de reforma abarca unos 300 metros cuadrados, y se cree que recién estaría completo en el transcurso del año. En lo referido al teatro, aún la sala principal no podrá albergar una obra con todas las condiciones requeridas. Todavía hace falta infraestructura lumínica, sonora y técnica. A partir del próximo 7 se seguirán dando los próximos pasos.

"Estamos a la búsqueda de patrocinantes, ya sea públicos o privados para culminar las obras. Nos encontramos en la recta final y precisamos más apoyos para dejarlo impecable", agrega Valls. Originalmente, el costo total del emprendimiento se estimaba en $ 3.087.000. Eso fue en 2006, cuando el proyecto fue presentado a la IMM.

Valls enfatiza en el concepto de "pertenencia" que el centro Carlos Brussa espera generar en la comunidad actoral. El CCCB tiene un grupo de Facebook; en él se ha pedido la cooperación de los artistas en la reforma. "Atahualpa del Cioppo decía que una de las primeras cosas que hizo en un escenario fue enderezar clavos. Eso tiene que ver con el teatro independiente y con algo muy complejo y completo. Actuar no es sólo pararse arriba del escenario, lucir lindo y decir un texto. Actuar también es preparar una escenografía, pintar una pared y generar un espacio -como éste- para poder realizar una propuesta artística. El hecho de poner el lomo con tus compañeros, porque esto es una cuestión colectiva, hace que el escenario se haga propio".

El viejo Teatro Odeón, que llegó a tener 700 localidades, se incendió el 2 de enero de 1996.


fuente: elpaisdigital