por Alberto Cuevas
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Del 25 de setiembre hasta el 12 de octubre se llevó a cabo un nuevo capítulo del programa de voluntariado profesional de la OMT VOLUNTARIOS TEDQUAL . En esta ocasión, el objetivo fue implementar un concepto de gestión turística eficiente en un territorio determinado.
Este proyecto de voluntariado profesional integró el trabajo de 19 personas, pertenecientes a 3 Universidades españolas (certificadas OMT Tedqual) y un equipo asesor de la propia OMT. El grupo, realizó un curso preparatorio en Andorra (Gobierno co-patrocinador de este programa), un proceso de investigación preliminar de sesenta días, y finalmente llevó a cabo un trabajo de campo a lo largo de la Sierra interandina ecuatoriana; evaluando recursos y atractivos, identificando y analizando iniciativas especialmente de las comunidades locales, mayoritariamente indígenas.
Antes del trabajo se consideraba imposible una cooperación entre los hecendados y las comunidades indígenas. La realidad indica que no sólo ha sido posible sino que se ha identificado elementos suficientes para conseguir un turismo de calidad, a criterio de los expertos.
Así, en Chimborazo se logró firmar un Acuerdo de Cooperación entre Sector Privado (Hacienda y Animación), Público (Administración local y nacional) y Sociedad Civil (Comunidades Indígenas), en tanto en la presentación final en Quito, se creo un clima tal que -dejando atrás los resquemores anteriores- se asumió las ideas planteadas como propias y se reclamó acción rápida y concreta.
Hasta ahi la noticia.
¿Qué hay para mí? dice siempre uno de mis Yo, el empresarial-capitalista, diría.
No debería resultar necesario señalar que para que exista una experiencia turística satisfactoria, es imprescindible (además de la existencia de un atractivo) la profunda convicción, voluntad y acción coordinadora a lo largo y ancho del Ámbito turístico, esto es, los prestadores de servicios (turísticos o que no lo parezcan), y el resto de la comunidad. Sólo si tal coordinación se estructura funcionalmente, alrededor de objetivos consensuados y claros, se crean las condiciones y se comienza a configurar un destino.
En la selva ecuatoriana pudieron. ¿Y por casa?
Tal vez no sea necesario pedirle a la OMT o a la Comisión Europea que nos ayuden a desenterrar los viejos sueños de un país con un Plan de Desarrollo turístico en serio.
Los documentos, los técnicos y la necesidad están.