LA COLUMNA DE GUSTAVO ESCANLAR
Los Siete Sentidos 38
Apareció uno de los textos más lúcidos sobre el Uruguay contemporáneo. Lo escribió Julio Herrera y Reissig entre 1900 y 1902. Lo desempolvó y editó Aldo Mazzucchelli. Y aunque yo no me lo bancaba porque cuando íbamos al IPA el tipo se trillaba a una novia mía, ahora me saco el sombrero ante su trabajo de arqueología y su tesón de ratón de biblioteca para que estos textos del morfinómano Reissig llegaran a conocerse. El libro se llama Tratado de la imbecilidad del país por el sistema de Herbert Spencer. Los manuscritos de Herrera y Reissig estaban acumulando polvo en la Biblioteca Nacional hasta que los agarró Mazzucchelli y en un trabajo de dos años los sistematizó en forma de libro y CD-Rom. Yo me tengo que callar y dejar hablar a Herrera y Reissig y suscribir letra por letra, coma por coma, las cosas que decía el tipo ya por aquella época. Cualquier semejanza con los tiempos actuales no es ninguna coincidencia. O sea: en ciento y pocos años, no fuimos capaces de aprender un carajo. Son 441 páginas y un CD-Rom. Acá van algunas perlas. Vale la pena leerlo entero:
* "El grupo de los uruguayos me resulta una cosa que no está formada, algo primitivo que corresponde a la primera etapa de la evolución sociológica, cuyas unidades físicamente ordinarias parecen apósitos nerviosos elementales, donde no se concibe integración de ideas, complejidad de agregados intelectuales, y por lo mismo apropiaciones psíquicas compuestas".
* "De ahí la impresión que tenemos de su insignificancia. Sus hábitos aldeanos, el carácter chismoso de la gente, su raquitismo ingénito, su camaradaje de villería, y su ridícula superficialidad: he aquí todo"
* "No es necesario insistir sobre aquello de que los uruguayos, fuera de ocupar un triste empleo en alguna oficina pública, carecen de toda aptitud para el trabajo, así como de iniciativa y perseverancia; el espíritu de empresa no se ha dejado ver hasta el momento en los hijos del país, los cuales, además, son perezosos por naturaleza, pudiendo apenas trabajar seis horas al día".
* "Los uruguayos son buenos o malos, hospitalarios o feroces, según las circunstancias. Por lo demás, todo es incoherencia, irregularidad y quebrantamiento en el interior de su máquina afectiva"
* "... no creo que exista pueblo en la tierra más refractario a las innovaciones, a los perfeccionamientos que todo progreso entraña... Nuestro país es rutinario hasta la imbecilidad... la vida emocional compleja ni existe en nuestro país, en cuya atmósfera mortecina languidecen los afectos y se aplastan las originalidades. Una horizontal monótona de igualitarismo soso, de impavidez colectiva, se extiende hacia todos los frutos de la existencia"
* "¿Por qué nuestros gobernantes han sido pésimos; irregulares en su conducta; atolondrados; despóticos; imprevisores? ¿Por qué, lejos de preocuparse del porvenir del país y de los resultados de su obra, se han atenido a la satisfacción inmediata de la vanidad?... ¿Por qué se han gozado a plaisir de las satisfacciones del aplauso?... ¿Por qué nuestro país es modelo de desventuras, miseria, escándalo y efervescencia?... Gobernantes y gobernados tienen la culpa de ello. La máquina primitiva de los uruguayos, cuyo motor es la impulsividad, ha hecho del país un buque desarbolado en medio de una tormenta; sin brújula y sin timón, moviéndose a capricho de corrientes anímicas irregulares; en largas y terribles zozobras de convulsiones civiles y catástrofes económicas"
* "Mientras en Buenos Aires fructifican los talentos, se desarrollan las actividades, lucen las aficiones, se aprovechan los esfuerzos, se imprimen todos los ecos del espíritu, las radiaciones emotivas se distienden para el bien común, y la acción individual vibra en el colectivismo modificando las estructuras, en Montevideo, por el contrario, el hombre en sí no es nada, todo se asfixia, todo sucumbe, nada se oye, todo desaparece en un vértigo de apática imbecilidad, de trivialismo rústico; las originalidades se aplastan, los caracteres se malogran... Toda la población es un monótono Mar Muerto" "... los uruguayos son enclenques, enfermizos, de constitución misérrima, que no pueden asistir a ningún trabajo ímprobo. Esto... disculpa a los orientales de que sean gloria de la pereza, del charlatanismo y de la megalomanía. Cuando no se puede hacer gran cosa, qué más se puede hacer que chismear, dormir y echarse en brazos de la imaginación. Los uruguayos que no pueden por falta de salud ser labradores ni comerciantes, ni industriales, son cigarreros, guardatrenes, aurigas, tipógrafos, presidentes, políticos, rematadores, militares y empleados públicos"
Eso. Herrera y Reissig. Lo escribió hace más de cien años. Qué te parece.
(Tratado de la imbecilidad del país, por el sistema de Herbert Spencer, de Julio Herrera y Reissig. Transcripción, edición, estudio preliminar, postfacio crítico y notas de Aldo Mazzucchelli. 350 pesos)