El crecimiento "no es suficiente" para enfrentar las necesidades sociales, según analistas.
Según Tim Hirsch, corresponsal de la BBC en Brasil, la ceremonia no igualó las escenas de euforia experimentadas hace cuatro años cuando Lula se convirtió en el primer presidente de clase obrera en llegar al poder en la mayor nación de América Latina.
Aunque el presidente pidió que no le hablen de crecimiento si éste no va acompañado de una mejor redistribución de la riqueza, los expertos destacan la necesidad de que crezca la economía nacional.
La baja tasa de crecimiento fue una de las constantes críticas de la oposición durante la campaña electoral en la que Lula se impuso en segunda vuelta con más del 60% de los votos.
Cifras del oficial Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas indican que en el tercer trimestre del año que termina, el Producto Interno Bruto (PIB) brasileño creció 3,2% comparado con el mismo período del 2005 y 0,5% con respecto al segundo trimestre.
Economistas de los mercados financieros mantienen sus pronósticos sobre el crecimiento de la economía de Brasil para el cierre del año en 2,7%.
Esta cifra no es suficiente para enfrentar las necesidades sociales del país, de acuerdo con analistas económicos.
Gasto "excesivo" y reforma fiscal
A la vez que aumentar los índices de crecimiento, Lula da Silva, enfatiza en la necesidad de aplicar una política de austeridad fiscal y amenaza con utilizará su poder de veto para eliminar las propuestas de gasto "excesivo" aprobadas por el Congreso.
Organizaciones como el Movimiento de los Sin Tierra critica la falta de "una reforma agraria efectiva".
También el mandatario insiste en la necesidad de una reforma fiscal. "Necesitamos debatir reformas. Necesitamos el valor para hacer lo que no hemos hecho en el transcurso de los últimos cuatro años", remarcó.
Hace unos pocos días, Lula firmó un acuerdo con los sindicatos que incrementaría el salario mínimo mensual en 8,6%.
Las negociaciones sobre el salario mínimo fueron seguidas muy de cerca por los inversores que evalúan si el segundo gobierno de Lula podrá mantener su dura disciplina fiscal.
Programas sociales
Aunque durante su primer mandato, Lula logró disminuir indicadores de pobreza gracias a la estabilidad económica y a una serie de programas de subsidio como el denominado "Bolsa Familia", el combate contra la desigualdad continúa siendo el gran reto de su presidencia.
Sectores como la Coordinación de los Movimientos Sociales siguen exigiendo un cambio y "medidas drásticas y efectivas" en el combate contra la pobreza.
¿Podrá Lula podrá mantener su dura disciplina fiscal?
Organizaciones como el Movimiento de los Sin Tierra siguen criticando la política económica de Lula y la carencia de lo que llaman "una reforma agraria efectiva".
Algunos analistas pronostican que en el segundo mandato de Lula los movimientos sociales cobrarán mayor protagonismo en el incremento de las presiones para que se combata la pobreza.
No obstante las frustraciones manifestadas por sectores sociales, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas indica que entre 2000 y 2005 la mortalidad infantil se redujo 14,3 puntos, desde el 30,1 al 25,80, por cada 1.000 nacidos vivos.
Según la misma fuente, la expectativa de vida promedio aumentó a 71,9 años, 1,44 más que en el 2000.
Entre las demandas sociales, el espectro de la corrupción que ha golpeado duramente al gobernante Partido de los Trabajadores y la urgencia del crecimiento, Lula jura este lunes en una ceremonia sin estridencias.
A pesar de la sencillez, fuentes oficiales estiman que se gastaron unos US$541.000 en una fiesta popular organizada para que el público celebre la investidura del presidente.
La fiesta -muchos temen- podría no ser duradera.