Hay dos versiones bien encontradas: por un lado, hay quienes dicen que, como siempre, cuando se vaya la mayoría de brasileños después de Reyes, la ocupación bajará abruptamente y hay quienes sostienen que enero se mantendrá con excelentes índices.
La prensa en general, en estos días, ha puesto énfasis en resaltar que la temporada está resultando buena; hay operadores que se esmeran en que trasciendan estas buenas noticias para que no se corte la temporada si se dice otra cosa.
Un importante operador inmobiliario fue muy gráfico: " hay propiedades de las que generalmente ocupan los argentinos de clase media que no hemos llegado a mostrar pues no ha habido demanda ni consultas"; si se tiene en cuenta que la oferta de camas de esta categoría, multiplica varias veces el número de las hoteleras del mismo nivel, es fácil deducir el resultado final de la temporada.
Los números resisten a los discursos y a las estrategias; año a año Punta del Este ha venido aumentando considerablemente su oferta inmobiliaria.
En años anteriores, en el principal balneario uruguayo se edificaba un promedio de 250.000 metros cuadrados; en los últimos dos años se edificaron más de un millón trescientos mil metros cuadrados.
Tomando en cuenta esas cifras, queda la gran disyuntiva para que la diluciden los que entienden y están involucrados; en el futuro inmediato, Punta del Este deberá comenzar a decidir si admite el pausado pero inexorable camino a la masividad.
Lo único malo que encontramos en esta joya del turismo uruguayo, fue el clima, lluvioso y con algo de viento, excepción en este verano de mucho sol y altas temperaturas.
Sergio Antonio Herrera
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