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Lunes, 08 Enero 2007 16:15

Off Portal: La mirada del Lic. Rafael Ramos.

Compartimos un nuevotrabajo de nuestro compañero en esta sección. Recuerden que siempre están sus notas en "Noticias y Departamento 20".

ESCUELAS DE VERANO

No; no se trata de las escuelas de verano que les ofrecen a los niños de determinado sector social la posibilidad de desarrollar actividades extracurriculares a las acostumbradas durante el transcurso del año escolar. No se trata de escuelas de surf, ni de escuelas de fútbol, ni de colonias de vacaciones. Se trata de la escuela pública uruguaya. Esa escuela que atiende a miles y miles de niños de marzo a diciembre, también se encargará durante el verano, como lo hace desde hace varias temporadas, de contener las necesidades de los niños más desprotegidos de nuestro país. Hablamos de una realidad diferente a la que se ve en las playas lindas del este uruguayo, en las que encontramos "gente linda" viviendo el verano "a todo galope". El verano implica otras realidades: por ejemplo, que con la culminación de las clases en diciembre, miles y miles de niños de nuestro país se quedan sin ningún tipo de actividad. No van a la escuela, pero tampoco pueden ir a un club, salir de paseo con la familia o irse de vacaciones con algún amigo. En realidad, la mayoría de estos niños ni siquiera se molesta por no tener la posibilidad de veranear como lo hacen niños de otras realidades, pues, desde siempre fue algo que no estuvo en las posibilidades de su entorno (claro, luego a medida que van creciendo, van buscando otros horizontes y allí comienza el conflicto…).

Las autoridades del Consejo de Educación Primaria implementarán el "Verano Solidario" con la finalidad de contener las necesidades de entretenimiento de los niños en época de descanso curricular. De esta manera, a los niños no se los encierra en el salón para recibir una clase típica de Historia o de Geografía, sino que, se les ofrece actividades diferentes a las desarrolladas durante el año escolar. Así es que los niños reciben educación física, plástica, danza o teatro: corren, saltan, dibujan, pintan, leen, actúan. Además de esto, debemos agregar que la escuela les brinda el desayuno y el almuerzo. También aquí el programa cumple  con otra de las mayores necesidades de los hogares carenciados, alimentando a los niños de edad escolar. Al mismo tiempo, se pretende que parte de la actividad de los niños sea dedicada a la visita de lugares históricos o de interés cultural dentro de cada departamento. En definitiva, se trata de uno de los programas más ambiciosos de contención social con los que cuenta nuestro país. No solamente ofrece la posibilidad a muchas familias de escasos recursos de darle un lugar a sus niños para el esparcimiento y el desarrollo de actividades "extras", sacando a los niños de la calle, mientras los mayores pueden dedicarse a sus actividades cotidianas, sino que también los devuelve a sus hogares con la pancita llena (o al menos, no tan vacía). No será lo mismo estar en la escuela comiendo "lo que toca hoy" y corriendo en las baldosas del patio, que elegir el helado más rico y jugar en la arena con el último "chiche", pero algo es algo. Por lo menos, se intenta achicar la brecha…    


COMO EL URUGUAY NO HAY

Cada día que pasa, cada día que vivimos, nos convencemos más de dos cosas. La primera, es que lo único absoluto es que todo es relativo, vale decir, es difícil encontrar cosas absolutas. Por ejemplo, es imposible que cada uno de nosotros podamos ser buenos en todo lo que hacemos: somos buenos para algunas cosas y para otras no tanto, por lo que nuestra "brillantez" es relativa. La segunda cosa a la que nos queríamos referir, es respecto a la idiosincrasia de los nacidos al este del Río Uruguay. Somos un pueblo tranquilo, pacífico, tolerante. Tenemos nuestras pasiones, como todos los pueblos del planeta, pero sabemos respetar el derecho de los demás. Está claro que si vamos al Estadio, durante un clásico podemos ver a determinado sector del público un poco alterado en sus pasiones. Pero también vemos a otra parte del público, que constituye una clara mayoría, que disfruta del espectáculo sin necesidad de faltarle el respeto a su rival. Se trata de la parte del público que es conciente de que el rival "es un mal necesario", sin el cual seguramente, esa pasión (controlada en unos, desmedida en otros) no tendría razón para su existencia. ¿Pero cuál es la relación entre estas dos ideas?

Durante  los primeros días de enero, buena parte de los uruguayos se toma sus vacaciones. Desde la clase política, pasando por la gente del deporte, de los medios de comunicación, y gente como uno, o sea, un ciudadano común, tienen en la época de verano la excusa perfecta para tomarse unos días de descanso. Generalmente los uruguayos "rajamos" a la playa. Y allí tenemos el abanico de posibilidades: desde ir a la playa del barrio y encontrarse con los vecinos, hasta irse a las playas de moda del este y encontrarse (ver de lejitos…) a personalidades famosas del ámbito más variado. Justamente uno de esos días marchamos rumbo a Punta del Este, pero en el camino paramos a hacer una "escala técnica" (estábamos "muertos de hambre") en un balneario de la Costa de Oro. Frente a la playa, por encima de los médanos se veía el mar, un día soleado de treinta y pico de grados, corría en nuestra mesa una suave brisa, tomábamos un aperitivo: espectacular. En un momento entra al recinto un referente de la política uruguaya, opositor a nuestro bando político, muy opositor. Pensamos entre todos: "Ojalá que siente lejos". Se sentó un poco lejos sí,  pero para sorpresa de todos nosotros, se sentó en el  escritorio del fondo, en la administración del boliche, era el dueño. Nos miramos entre todos, tragamos el penúltimo sorbo, pero nadie decía nada. Todos sabíamos lo que pensaba cada uno, pero nadie lo decía. Estábamos pasando bien. Se trataba de una empresa familiar: cocinaba la esposa, atendía las mesas la hija y él mismo, hacía de todo, atendía el teléfono, daba una mano con la cocina, levantaba las mesas, colocaba las sombrillas, cobraba. Nos cruzó algún saludo, algún comentario. El resto de los integrantes de su familia se portó de maravillas. Nos abrieron las puertas de su casa sin preguntarnos quiénes éramos. Ud. me dirá: "Pero se trata de un negocio". Tiene razón. Pero no siempre, en cualquier parte del mundo suceden estas cosas. Sepamos valorar los niveles de tolerancia y de respeto que mantenemos los uruguayos: no es poca cosa. ¡Ah! Y por supuesto que el lugar lo descubrimos de casualidad. Es muy factible que si hubiéramos sabido quién era el dueño del lugar, no hubiéramos parado allí. Pero ahora que lo conocemos, lo recomendamos (después le cuento cuál era el lugar…). Y vamos a volver a ir, pero ahora sí, especialmente a comer y a pasar un buen rato. ¿Vio como todo es relativo?