Quienes siguen la línea editorial del Portal, recordarán que en varias ocasiones me he preocupado especialmente de solicitar a las autoridades, luego de los cortes en los puentes, una campaña de concientización a nivel local, para que tratemos mejor que nunca a los turistas argentinos que, contra todos los incovenientes, igualmente optan por vacacionar en Uruguay.
El título de la nota: "Turista argentino, turista amigo", fue la sugerencia para adoptarlo como eslogan de la eventual campaña.
Recuerdo que reflexioné y dije: "Lo que si deben hacer las autoridades, es, como decíamos al comienzo, desde ahora, hasta que lleguen los primeros argentinos veraneantes, es direccionar la publicidad para concientizar a los compatriotas que suelen perder la paciencia y trasmitirles, muy claramente,
QUE NO TENEMOS PROBLEMAS CON LOS ARGENTINOS - QUE LOS TURISTAS ARGENTINOS SON NUESTROS MEJORES CLIENTES - QUE SI SIEMPRE LOS TRATAMOS BIEN, ESTE VERANO DEBEMOS TRATARLOS MEJOR QUE NUNCA.
Debemos repetir hasta el cansancio - hay gente que tiene destruida la entendedera - que los argentinos que lleguen a veranear aquí es porque prefieren Uruguay y no le hicieron caso a los piqueteros de Gualeguaychú.
Por favor, señores, nada de mensajes subliminales, nada de "GARANTÍAS", seamos prácticos e instauremos el : "TURISTA ARGENTINO, TURISTA AMIGO ". Háganlo, aunque la idea se la demos nosotros"
Bien, cuando llegamos al restaurante, iba ganando Uruguay 1 a 0; mientras esperábamos ubicación, empató Argentina y se oyeron unos sofocados grititos de una mesa en la que predonimaban chicas jóvenes. Ya ubicados en una mesa, sobre el ventanal, hace el segundo gol Argentina y al lado, en la mesa pegada a la nuestra, un flaco gritó el gol como si estuviera en la Bombonera....
Hasta ese momento, todos los que estábamos en el lugar, empezamos a olvidarnos de las vacaciones, de la hermandad, y tácitamente, todos, comenzamos a esperar un gol uruguayo para gritárselo en el oído.
Vino el tercer gol argentino...y el flaco, lo volvió a gritar y hasta creo que más fuerte...
El resto de los clientes, nos mirábamos entre nosotros; hasta las mujeres, a las que no les gusta el fútbol querían el gol de Uruguay y aprontaban las gargantas....
Vino el penal a Cavani y el gol del 9 ( a propósito: que flor de jugador!!!) y a pesar de lo distinto que es gritar un gol de penal a uno de jugada, el restaurante fue un volcán y cuando llegó el cabezazo de Laens y el empate en 3 goles, me escuché gritando el gol seguido de tantos disparates y amenazas al pobre flaco que cada vez, era más chiquito sentado allí.
Y ahora, pasdas unas cuantas horas, reflexionando, pienso que gracias a Dios no vino el cuarto gol de ninguno de los dos equipos...no sé que hubiese pasado.
¿ Porqué escribo esta nota y me expongo autoseñalándome como exaltado?
Porque es una advertencia ante lo que puede ocurrir en cualquier momento, dadas las circunstancias coyunturales; puede pasar aquí en Uruguay o allá en Argentina.
Soy , desde siempre, de los pocos uruguayos que han destacado todo lo bueno que nos han dado los argentinos históricamente y de los que siempre he resaltado que nos quieren más, ellos a nosotros , que nosotros a ellos.
He vivido en el exterior, he comprobado la verdadera comunión que existe entre las dos nacionalidades ante cualquier otra; afuera, no hay diferencias entre uruguayos y argentinos, somos casi lo mismo.
El fútbol, lamentablemente, siempre nos separó; nunca nos pusimos y creo, no nos vamos a poner jamas, de acuerdo.
Pero créanme, la otra noche en Atlántida, puedo asegurar que mi reacción no fue futbolística o futbolera si lo prefieren.
Los gritos desubicados del flaco, provocativos gritos en un lugar que no era su barrio, su ciudad, ni su país; era más bien, la tierra del tradiciona, del clásico rival, inconcientemente me trajo a la memoria la prepotencia del canciller Taiana, del Gobernador Busti, de la Secretaria de Medio Ambiente Picolotti y la cara de enajenado de Kirchner diciéndole intransigente a Tabaré y se me representaron los cientos de miles de dólares y la cantidad de puestos de trabajo que nos hacen perder por los cortes de los puentes y se me juntó todo...
A mi, que no me agrada pelearme con nadie y que me jacto de buen anfitrión y de tener hermanos, más que amigos argentinos; me pasó a mi.....
Hasta este punto hemos llegado por estar en el radio de influencia de gente con poder y sin escrúpulos y por ser, en algunas cosas, como en el f útbol, tan diferentes.