Con 47 años, Pablo goza del afecto de todos pues, por encima del gran artista , es un muchacho maravilloso, solidario, humilde, buena gente.
Lo conocimos hace muchos años, cuando en las mañanas de Alfa, mientras aprendíamos los secretos de la profesión y de la radiotelefonía, compartíamos el micrófono de esa emisora, con el gran periodista y amigo, Ignacio Suárez.
Lo entrevistamos varias veces, para la radio y recordamos una contratapa del suplemento Rutas y Destinos de La Mañana y El Diario, a principios de los 90, que le dedicamos en exclusiva.
Hace pocos días le habían diagnosticado una seria afección en el cráneo y ayer, en ese centro modelo del norte del país, todo parece indicar, que fue resuelto.
Lo merece Pablo; es muy joven aún y tiene muchos años por delante para seguir deleitándonos a todos con su arte y para continuar ayudando solidariamente a tantas instituciones y a tanta gente.
Había pedido que todos rezaran por él; nosotros no acostumbramos hacerlo pero, a nuestra manera, habíamos pedido que esta historia tuviese un final feliz.
Ojalá, luego de transcurridas las primeras 24 horas, podamos quedarnos tranquilos y saber que Pablo, para no morir en la capital, se fue a operar a su tierra de adopción, la misma que la del Mago, su querida Tacuarembó.
S.A.H.