En ese orden. Estamos viviendo un tiempo en el que todo lo que comemos, antes debe ser exhaustivamente analizado por nuestros ojos: la fecha de envasado (o de producción), la fecha de vencimiento, las condiciones de conservación, la forma en que el producto se elaboró y llegó a su estado final, si la industria es nacional o extranjera, el precio, y otros tantos factores como exquisito sea el consumidor. Pero en los tiempos que corren, la condición sobresaliente para que seamos consumidores comprometidos con la vida, es que todo sea "light".       Suponemos que las cualidades de estos productos reúnen algunas condiciones que harán de nuestra ingesta un momento de verdadero placer, sobre todo para no sentirnos culpables después de ver el envase vacío. Comer “bien” ahora es comer rico, sano y sin engordar.  Y si bien esto, técnicamente, debe de ser algo indiscutido para esta rama de la ciencia, lo más reconfortante es pasearse por el supermercado con el carrito y poner todo lo que llevamos con la etiqueta “light” para adelante, de manera que la gente que nos cruce por los pasillos de las góndolas sepa que nos vamos a comer todo el carro, en poco tiempo, pero en condiciones "diet". Es que es muy satisfactorio llegar a la caja del "Súper" y comenzar, lentamente, ante la atenta mirada de toda la cola que está detrás nuestro, a entregarle a la cajera la parte más "light" de nuestra existencia. Y ya no se trata de que sea la mujer la que se compre una bebida chica para su consumo personal. Ahora es como decíamos recién: el carro entero es "light" (los helados, las tortas de chocolate, el pan, las bebidas, el dulce de leche, la leche, la manteca, etc.). La familia entera es "light" (o sea, queremos decir, no como la leche que puede clasificarse en entera y descremada, sino que la familia toda, en su conjunto, sin someterse a ningún proceso "diet" es "light" en su condición de consumidor y no en su calidad de familia... no entendió, ¿no?).Y los uruguayos hemos trasladado esta condición de la vida al resto de las actividades. Por ejemplo, a la de la política (o las cosas importantes que deberían ocuparnos a todos los habitantes de esta tierra). Es un hecho fuera de discusión que el verano sirve para cargar las baterías para el resto del año, o para terminar de descargar las que casi se agotaron en el anterior, o para las dos cosas al mismo tiempo (y para muestra basta un botón: el ex presidente de nuestro país, Luis Lacalle, le reclama al actual presidente, Tabaré Vázquez, que cuando comience el año, en marzo, se pronuncie acerca de la reelección presidencial). Siempre se dijo que el país, a no ser por los sectores vinculados a la industria turística, se paraliza, más o menos desde el 15 o 20 de diciembre hasta "que llega el último ciclista" (después de Semana Santa). Y los hechos le dan la razón a este mito de la idiosincrasia uruguaya. El año comienza a mediados de marzo, mientras tanto, el verano, que no es parte "del año", es para tomárselo con tranquilidad, es la parte "light" del almanaque. Los problemas internos en el Frente Amplio, partido de gobierno, no se desatienden por su dirigencia, pero el tratamiento es “light”. La polémica generada en el departamento de Maldonado entre el propio intendente y algún "compañero" del gobierno departamental acerca de la adjudicación a una empresa privada para el manejo de publicidad ha recibido un tratamiento "light" (o el problema no es tal o se le ha querido bajar el perfil). La millonaria inversión en PLUNA, cada día genera más polémicas, se llama al Ministro de Transporte y Obras Públicas al Parlamento para que explique algunos cuestionamientos, pero resguardándose en que el negocio se cerrará dentro de 60 días y que la información, mientras tanto, deber manejarse de manera confidencial, pide una prórroga para su comparecencia. La oposición acata, el gobierno y el partido de gobierno juntan filas en su entorno: el tratamiento es "light". El gobierno concurre al encuentro de Mercosur, en Río de Janeiro, de mala gana, sin muchas expectativas para los planteos que considera primordiales para la continuidad del bloque. Recibe un tratamiento "light". El tema de los cortes de los puentes en el Río Uruguay, sigue estancado: se está esperando la resolución de La Corte de La Haya acerca de las medidas cautelares planteadas por la delegación uruguaya, ante lo que los "asambleístas" han dicho que no importa el resultado de este organismo, pues, seguirán en la misma postura. Al mismo tiempo se sigue esperando la "facilitación" del enviado del Rey Juan Carlos, ante lo que los “asambleístas" han dicho que no importa el resultado de esta gestión, pues, seguirán en la misma postura. El gobierno uruguayo a todo esto: tratamiento "light". Las condiciones de la temporada turística, ante los cortes de los puentes del lado argentino, pronosticaban un verano con pocas expectativas para los operadores veraniegos: el gobierno, "light". Y los ejemplos podrían seguir, pero seguro que los aburriríamos. Lo que está claro es que los uruguayos hemos incorporado de manera definitiva una de las condiciones que van a la vanguardia del mundo y de la vida moderna: la condición "light". Comemos y bebemos "light". Planteamos nuestros problemas y nos dan respuestas a los mismos de manera "light". Vivimos de manera "light". Pero ¿Podremos resistir toda la vida de esta manera? ¿No habrá, de vez en cuando, que pegarle a la vida algún mordiscón "que llene las muelas"? ¿O se tratará solamente de una profundización de la "vida diet" porque estamos en época de verano? Nuestro más profundo deseo es que se trate de esto último. Y si bien no está mal que los uruguayos empecemos a cambiar nuestros hábitos de consumo, para hacerlo de manera más saludable, preferimos que esta condición se quede por ahí, vale decir, con el tema del consumo de alimentos y bebidas, pero que no se traslade a toda nuestra idiosincrasia. Sea como sea: las milanesas con papas fritas y huevo frito de la abuela no tienen competencia. ¡Eso sí que llena las muelas! ¡Salúd!