Bill Gates y otro inversor multimillonario, el príncipe saudita Al Walid bin Talal pagaron 3.300 millones de dólares para quedarse con todas las acciones de la cadena de 74 hoteles de lujo Four Seasons, en una nueva señal de la fiebre inversora que rodea a hoteles y compañías de hospitalidad del mundo.
El telón de fondo es el boom económico mundial, que eleva la demanda mundial de viajes de negocios y de placer, con el sector de vuelta de la depresión post 2001.
La falta de nuevas propiedades vuelve más difícil encontrar cuartos. Y cuando los hay, las tarifas están altas: 272 dólares promedio por noche para los alojamientos de lujo.
Eso lleva los precios de venta de hoteles a niveles sin antecedentes. El año pasado el Four Seasons Hualalai Resort de Hawaii fue récord en EE.UU., a un equivalente a 2,2 millones de dólares por habitación. El W de Union Square, en Nueva York, y parte del histórico Hotel del Coronado sobre la bahía de San Diego se vendieron a más de un millón el cuarto.
"Obviamente, un millón de dólares el cuarto ya no es más una barrera de entrada", dijo Jan Freitag, vicepresidente de Smith Travel Research. "Hay mucha demanda y poca oferta nueva. Esas serán las fuerzas que conformarán el sector en el 2007" .
Un hotel desde el pozo puede ser un dolor de cabeza de años, con mucha navegación por las burocracias locales y roce con vecinos. Un hotel listo puede ser un generador de dinero inmediato.
"Muchos compradores de activos hoteleros en el 2005 doblaron el valor en los 12 meses siguientes, lo cual atrajo más inversores a las propiedades hoteleras", dijo en enero un informe del broker Lang LaSalle Hotels.
En todo el mundo
El año pasado fue también el tercer año consecutivo de ventas record de propiedades, según el informe. Por primera vez en 20 años, la tendencia se está reproduciendo en todas las grandes ciudades del mundo. El mercado de lujo es el de mayor rendimiento: las tarifas hoteleras subieron 7% en promedio en el 2006, y 9% en los hoteles de lujo.
Los "baby boomers", cuyos tiempos de andar de mochileros en Europa y de dormir en hostels ya pasaron, alimentan esa tendencia. En EE.UU., la gente de 45 a 64 años tiene la mayor propensión a viajar, y ese segmento tiene cada vez más dinero.