La primera interrogante
Uno de los primeros cuestionamientos fue emitido como interrogante: ¿ existe América Latina ? para enseguida agregar ¿ qué pueden tener en común Argentina y Uruguay, con Honduras ?.
Lo que decíamos al comienzo, en una charla del ciclo de Estudio Hub, Diego Flores, Director de la revista y programa de TV "Arte y Diseño", afirmaba que Uruguay y Argentina poco tenian de latinoamericanos y mucho de europeos.
De inmediato, los invitados agregaron que veían una Cumbre devaluada y a América Latina como a la Europa de hace dos siglos, en la que nadie cedía soberanía y prácticamente no había diálogo.
Que les llamaba poderosamente la atención , enterarse, al llegar a estas costas, lo mal que se llevan algunos mandatarios regionales entre si. Que les parece poco creíble que Chile y Bolivia no hayan definido el asunto de la salida al mar y que Argentina y Uruguay tengan el problema que tienen por las papeleras.
Ante la pregunta acerca del papel de España.
Manifestaron que a pesar de la mala prensa de los medios anglosajones que acusan a España de neocolonialismo y de la envidia que despierta en Francia e Italia por ejemplo, España es el inversor número uno en América Latina y quien aporta equidistancia.
Afirmaron que España apuesta a la cooperación sobre la coerción.
¿ España debe pedir perdón ?
Tres de los cuatro estuvieron de acuerdo en que si, que España debe pedir perdón aunque hayan transcurrido más de quinientos años. Uno de ellos dijo que él nada tenía que ver con lo sucedido y que no sentía ninguna necesidad de excusarse ante nadie; de inmediato le replicaron que no entendían como se desligaba de Hernán Cortés.
Migraciones
Teniendo en cuenta que el 10% de la población actual de España, son inmigrantes y que de ellos, el 50% es latinoamericano, coincidieron en que se debería legalizar a quienes ya habitan su territorio aún, teniendo en cuenta que no todos son iguales y que no todos pueden responder a lo que precisa España.
El desconocimiento al tratado de 1870 y la presión de Europa.
Lo que les cuesta admitir a los españoles es que no pueden ser recíprocos con los habitantes de la tierra que primero depredaron, saquearon y humillaron en nombre de la corona.
Con la tierra que igualmente les amnistió durante el siglo pasado y les volvió a dar la oportunidad cuando llegaron espantados por la guerra y ávidos de pan.
Mal que les pese, con la resolución de desconocer el tratado de 1870, los españoles están desconociendo algo más grave: su propia sangre... palabra de un nieto.