Prácticamente todos los aspectos resultaron cubiertos y la respuesta en lo referido al nivel de expositores ( la mayor verdad de cualquier muestra ), así lo certifica.
Quienes hemos tenido la posibilidad de vivir innumerables eventos aquí y en el exterior, podemos decir con propiedad que el Encotur 2006, tuvo el "aire" internacional necesario y a la vez, tan desusado, últimamente en nuestro país.
Como ya lo dijimos anteriormente, ni Editorial Turística ni Giganet necesitan de nuestra opinión para promocionarse, pero, queríamos comenzar con este buen ejemplo, fresco, reciente, para referirnos al tema central de esta nota.
Los comunicadores especializados en turismo, en el Uruguay y en la región, tenemos sobre nuestras espaldas, una responsabilidad que es preciso la asumamos.
Estamos transitando quizás, el trecho histórico más dinámico pero a la vez, posiblemente el más traumático en las comunicaciones.
Ejercemos una rama de la profesión, de dudoso prestigio, de escaso nivel académico y de continua exposición al riesgo de los infiltrados.
Quisimos tomar como ejemplo el Encotur para abordar esta nota pues se convierte en un ejemplo fácil de asimilar de lo que queremos trasmitir en esta oportunidad.
Fue una muestra pensada, elaborada, organizada y convocada por comunicadores.
Se convirtió, por la respuesta, en una cabal certificación del poder real de esta actividad cuando se encara como se debe.
Por no resignarnos jamás, a ser sumisos seguidores de las reglas impuestas por los silencios interesados y conservadurismos crónicos, decimos desde "adentro del pc", frase que nos está gustando acuñar, que hay mucho para hacer.
Primero y principal dialogar; juntarnos; vernos las caras; conocernos; construir puentes para asegurar el libre tránsito de ideas, de información y opinión.
Los uruguayos somos especialistas y en la región no nos van mucho en zaga en lo que se refiere a la queja y a la crítica sin más.
Nunca está mal quejarse cuando la ocasión lo amerita; es preciso criticar cuando se hace desde el conocimiento y la buena intención pero, tanto o más importante que ambos aspectos es la invitación a la reflexión, es la sugerencia desinteresada y el embanderamiento con la ética y la verdad.
El mensaje pretende ser claro y abierto; va dirigido a los comunicadores de Uruguay y de toda América Latina pero no se circunscribe exclusivamente a los colegas, por el contrario, está implícito que debe llegarle a las instituciones y a los organismos locales y regionales que tienen que ver con el turismo y la comunicación.
Los hombres del turismo, legendarios hacedores de amistad, hermandad, confraternización y negocios, deberíamos dar un paso hacia la implantación de los buenos ejemplos a seguir. Además de mostrar el camino correcto en lo que refiere al ingreso de divisas para nuestros países, quizás debamos mostrar también el de la diplomacia y el entendimiento.
Es mensaje y a la vez desafío, tienen la palabra.
Sergio Antonio Herrera