Tampoco podemos adoptar estrategias facilongas de márquetin y equivocadamente, "adecuar" recetas utilizadas en el primer mundo, para llevarlas a cabo desde nuestra comarca. Insistimos: NO ES LO MISMO VENDER NEUMÁTICOS Y GALLETITAS QUE UN DESTINO TURÍSTICO. Agregamos además: mucho menos, si se trata del producto Uruguay Destino Turístico.
En el capítulo referido al Perfil, definimos cinco regiones o sectores: 1 - Montevideo y Área Metropolitana; 2 - Litoral o costa fluvial; 3 - Litoral o costa oceánico/a; 4 - Turismo Rural y Turismo Sostenible y 5 - Quinta Región.
Una vez establecido el diagnóstico, discutido el contenido, estructurado el perfil, difundida la idea entre nosotros y finalmente, conformado el producto, deberemos ponernos a pensar en el objetivo. Pararnos de frente al mismo, evaluar el universo y trabajar, desde cada subproducto, como verdaderos artesanos hacia la conquista de cada segmento.
Esta tarea, de una vez por todas, debe ser llevada adelante, definitivamente, por la actividad privada. Los uruguayos, somos los campeones del mundo de la queja. Desde que existe el turismo, nos quejamos del gobierno; desde que existe el Ministerio de Turismo, nos quejamos de las diferentes gestiones. La pregunta es, además de quejarnos ¿ qué hacemos?. Además de defender sus propios bolsillos, los empresarios deberían tomar definitivamente la iniciativa, diseñar un plan de acción y negociar con el gobierno, exigir al gobierno, apoyar al gobierno. Estamos hablando de una causa nacional. El turismo es la actividad que está destinada a convertirse en la nueva locomotora económica del Uruguay. El turismo, la actividad que posibilitó el ingreso de España en primera instancia al mapa de Europa y posteriormente, a la Unión Europea; el turismo, el sector que se convirtió en Cuba, como la alternativa válida y sustituto ideal de los desaparecidos subsidios soviéticos; el turismo, el fenómeno que, a menos de un lustro del helicóptero de De La Rúa, le provocó amnesia a los argentinos acerca de corralitos, saqueos y comer basura y confirmó a Buenos Aires como el destino mundial de moda, con el tango y la carne como íconos.
Definitivamente, debemos convencernos que hay que ubicar el Uruguay de Sol y Playa en su justa dimensión: la de un subproducto más y olvidarnos que es "EL" producto.
Uruguay Destino Turístico debe tener como imagen "El otro país", el que verdaderamente atrae y asombra a los extrarregionales que por casualidad, llegan a nuestras costas. El Uruguay alternativa del Tango Vip argentino; el Uruguay del Turismo Rural y del Turismo Sostenible; el de Congresos y Convenciones el de los Juegos de Azar, pero, también y principalmente, el de las compras exentas de impuestos para el turismo; el del calendario cultural impactante; el de los grandes espectáculos, el que recomienden y guíen Galeano, Benedetti, China Zorrilla y tantos otros ilustres y al que se pueda acceder en vuelos directos o razonablemente accesibles, con tarifas acordes y competitivas que posibiliten disimular, cuan lejos estamos,de los grandes mercados emisores, en confort, distancia y precios.
Es tarea del gobierno, una vez delineada y definida la política de Estado con respecto al turismo, estructurar su Plan de Márquetin. No puede, no debe, un país con reales posibilidades de generar riqueza a través de esta actividad, continuar cometiendo la torpeza de carecer de estrategias mercadotécnicas. Habría que conseguir, de alguna manera, que las autoridades económicas entiendan definitivamente algo de esta actividad y le den la importancia que tiene.
Una vez que se den esos pasos trascendentes; el Ministerio de Turismo debe diseñar, coordinar y poner en vigencia, el Calendario Nacional de Eventos y el Calendario Internacional de Promoción.
No es serio que un país no pueda saber lo que puede llegar a disfrutar un visitante dentro de tres, seis o doce meses; el mundo moderno no lo admite, no lo comprende y por ende, lo descarta.
No es serio que un país no sepa con la suficiente antelación, adonde va a acudir a ofrecer su producto turístico; no es serio que no se acuda a eventos fudamentales, sobretodo regionales, como en la actualidad y en cambio, se gaste tiempo y dinero en Ferias irrelevantes para el turismo.
La crisis generada por el bloqueo de los puentes sobre el Río Uruguay, debe dejar enseñanza. Debemos aceptar, definitivamente, que de un momento a otro, puede ser letal para nuestra economía, la excesiva dependencia del mercado argentino como este hecho lo demuestra.
Debemos cambiar nuestro objetivo con respecto al mercado eventual; delinear estrategias que nos lleven a captar un turismo de nivel más alto. Todos y cada uno de los países de la región, tienen, entre sus habitantes, segmentos más que interesantes para nuestro producto turístico. El GRAN mercado que hay que salir a conquistar, es el de San Pablo, Brasil. En vez de declaraciones exultantes, porque una determinada coyuntura cambiaria, posibilite que lleguen, casi 18.000 brasileños más, completando un total anual, por debajo de los 90.000 norteños; deberíamos sentir vergüenza, como pretendido destino turístico, que un vecino de cerca de doscientos millones de habitantes, prácticamente nos ignore como destino y nos aporte, visitantes que no conforman ni el 0,05 de su población.
El Ministerio de Turismo debe tener cubierta SIEMPRE la función de Director Técnico; ese funcionario debe ser un hombre de sobresalientes antecedentes en Márquetin, por encima inclusive de los técnicos. El Márquetin del producto Uruguay Destino Turístico, jamás debe ser tercerizado; solamente es admisible esa posibilidad en un país cuyo gobierno desconozca la importancia del turismo. El márquetin del turismo, para un país como el nuestro, es más importante de lo que muchos suponen, especialmente los políticos, quienes marchan al frente de la caravana de uruguayos que hacen que ésta, sea una actividad desconocida.