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Martes, 03 Junio 2008 07:00

Los hombres y las mujeres del turismo deben propiciar la concordia

 por Sergio Antonio herrera
En todas las familias, aún con la obviedad del amor, existen hermanos diferentes. En América Latina ocurre lo mismo. Más allá de la fraternidad proclamada, hay notorias, sabidas, legendarias rivalidades y antipatías entre algunos pueblos.


Se ponen de manifiesto en el deporte, en la política y algunas veces, siquiera son disimuladas por la diplomacia.

Pero hay una actividad que de hecho, estuvo siempre, está y estará por encima de esa realidad:es el turismo sin ningún lugar a dudas.

Si así no fuese, brasileños y argentinos no se visitarían como lo hacen recíprocamente, al igual que los peruanos y los chilenos, por ejemplo.

Entonces, cuando uno lee noticias en las que funcionarios, en su pretendida función de representar a todo un país, se abrogan el derecho de declarar públicamente, en contra de algún par de otro país, nos mueve a la urgente reflexión y a la necesidad de manifestarnos.

Y les decimos: los hombres y la mujeres del turismo en esta América Latina, en la Patria Grande que soñaron los Libertadores, deben propiciar la concordia.

Es un mandato de la historia de esta actividad; es lo que reclaman los prohombres, los pioneros, los que fundaron hace medio siglo C.O.T.A.L.

Esos grandes agentes de viajes que enseñaron la ruta de la hermandad, desde donde estén, siempre velarán porque los que seguimos la huella seamos protagonistas como lo han sido ellos.

Cuidemos los afectos, prestigiemos el trato fraternal y si en algún momento, el consenso indica que hay que pronunciarse, que hay que actuar, que sea por la salida al mar de quienes no la tienen, por los pasos fronterizos bloqueados por la intolerancia o mejor aún, contra el turismo sexual infantil.

Pero no gastemos energías en criticar plagios, acusando con ironía a todo un país, por la equivocada acción de algún funcionario.

El punto es que hay que elevar la mira, como siempre lo hemos sabido hacer, como nos lo enseñaron nuestros maestros.

Si hay algo que criticar, que se haga por los canales hábiles y oportunamente. Así, no hay Patria Grande. Nos vemos.