Los turistas invaden Manhattan atraídos por la fama de la serial, devenida en filme y quieren pasar por los mismos lugares que frecuentan Sarah Jessica Parker y sus amigas.

Una vez más se confirma que los mejores ìconos de atracción de cualquier destino, parten de la vida real, aún cuando se representan a través de una producción artística como es en este caso.

A nosotros nos puso la piel de gallina sentarnos en el mismo lugar que solía frecuentar Vinicius y desde donde se inspiró para escribir Garota de Ipanema en Río de Janeiro.

Hace más de 20 años nos emocionábamos realmente, parados frente a la Puerta de Alcalá, en Madrid, mientras en todas las radios sonaba el hit de Ana Belén.

Millones y millones de dólares se han gastado (¿o invertido?) en seguir los pasos de Los Beatles, Elvis Presley, Marilyn Monroe y otras celebridades, en ingeniosos recorridos turísticos, ideados por creativos operadores.

Mientras todo eso sucedía, sucede y sucederá en el mundo, en Montevideo, es cada vez más frecuente ver turistas argentinos con su coche deambular por las calles del Barrio Sur preguntando como llegar a Durazno y Convención.

Seguramente, la fantasia los trae buscando el taconeo absorto de los yiros del paseo corto o quizás, la tienda del judío pobre, como reza la canción popular del más famoso montevideano: Jaime Roos, que lleva por título justamente, el de la intersección mencionada.

Pero...en Durazno y Convención no hay nada; los creativos marquetineros de la ciudad, duermen la siesta eterna. Nos vemos.