Vivimos en un país en el que está todo por hacerse; la nuestra es una nación que requiere reciclaje a fondo.

Hablaba de mi edad; hace rato que supe que estaba viejo para aspirar a un salario, fue cuando rondaba los 40; de ahí en más me convertí en mi patrón, mi cadete, mi auxiliar y mi asesor.

Entonces veo a una cofradía de fundamentalistas que atentan contra la salud de la gente no recogiendo la basura, promoviendo la accesibilidad de las pestes y amenazando que si los declaran esenciales, ocuparán los lugares de trabajo; ojalá les alcancen los containers.

Vivimos en un país en el que el precandidato más firme a suceder al Doctor Vázquez, el Contador Astori, se hizo el harakiri electoral con el IRPF y a la misma clase media que ilusionó con la recuperación del mercado, le asestó el golpe mortal con la sigla maldita.

Todos los días debo cumplir mi tarea; mi teoría de Márquetin Empírico adolece de alternativas si decido no trabajar.

Los que hacen paro tienen el paraguas empleador, yo no.

Además de mi necesidad, afortunadamente tengo conciencia y me preocupo por ser profesional y solidario.

Sin que ustedes me paguen el salario siento que tenemos un acuerdo tácito; van más de dos años que procuro convencerlos para que nos lean a diario; afortunadamente lo hacen.

¿Como podría yo hacer paro?

Digo que me preocupo por ser solidario porque entiendo que cumpliendo mi parte del acuerdo, no defraudaré a los lectores.

La mayoría de los que paran se ríen de la solidaridad !minga de solidarios!!.

Cada día que transcurre en estas condiciones,en mi ciudad, en mi país, voy perdiendo el orgullo de la pertenencia.

Parece mentira las cosas que veo, por las calles de Montevideo.

¿Cómo se hace Jaime para sostener la uruguayez?

Nos vemos.