apropian de todo; el dulce de leche, el mate, Leguisamo, Gardel..." es una frase harto repetida en nuestro país"
Que el tango es rioplatense lo sabemos nosotros y pocos más; para el mundo, aunque duela, el tango es argentino.
La planta del dos por cuatro viene siendo regada por nuestros vecinos desde los albores del siglo pasado y ya en su primera mitad el cine se encargaba de decírselo al mundo.
Ayer, en Mar del Plata, en una ceremonia encabezada por la presidenta Cristina Fernández, junto al alcalde Gustavo Pulti y a la viuda de Astor Piazzolla, Laura Escalada, se dio paso al cambio de nombre al aeropuerto internacional de Mar del Plata, ubicado a 400 kilómetros de Buenos Aires, el que desde este miércoles pasará a denominarse como el músico.
Cuando se registran datos como éste o cuando la prensa mundial habla del Último Tango en París o Perfume de mujer, nadie piensa en Uruguay, ni nosotros mismos.
Los invitamos a darse una vuelta por "Aeropuerto La Cumparsita: autorización para decolar..." publicado el 22 de abril del año pasado; en ese artículo comentamos la idea de Damián Argul de denominar al Aeropuerto de Carrasco La Cumparsita.
Mientras nosotros seguimos siendo conservadores al extremo y nos resistimos a los cambios, el mundo avanza.
Argentina sigue cuidando su patrimonio cultural mientras nosotros seguimos durmiendo la siesta eterna; eso si, todavía tenemos el tupé de quejarnos y agraviar a los argentinos por adueñarse de todo.
Humildemente, volvemos a avisar,cuidemos el candombe. Nos vemos.