impone la razón del artillero (no hay otra salida), aceptarán una reducción tácita de sus ingresos, del orden del 20% y volarán los CRJ900 Bombardier.

El movimiento regional de la empresa se mantiene firme y como se anunció ayer, crece.

Se eliminó el déficit de la ruta a Madrid.

Se bajó el presupuesto mensual en 550 mil dólares con la devolución del Boeing 767.

Se aproxima la alta temporada y el tráfico en la región aumenta.

Todo aparenta indicar que se ha llegado a un equilibrio operativo.

De la conciliación no trascienden datos, apenas se ha filtrado que el gobierno estaría presionando a Leadgate para la correspondiente recapitalización aunque hay otras fuentes que aseguran que no se quiere "hacer olas".

El déficit del primer año de gestión no estaría obligando solamente al consorcio a poner fondos frescos, también, en su cuota parte, debería hacerlo el Estado y allí ¿qué pasaría con la oposición? "otra vez fondos para PLUNA"???

Hay quienes dicen que varios inversores están en lista de espera para entrar a jugar; se habla de privados canarios y del propio gobierno canario (de las Islas Canarias).

Pero hay una realidad, superado el sunami post-suspensión de ruta a Madrid, el tan anunciado caos no se ha registrado, Matías Campiani, bajó (creemos de forma inteligente) su exposición mediática y la empresa funciona y recauda.

¿Con quien debería tratar un eventual interesado en PLUNA? ¿Con el Estado o con Leadgate?

¿Qué pasa con la conectividad del Uruguay?

¿No se va a discutir una Política Aeronáutica?

¿Cuál es el Plan de Negocios?

¿En los 27 millones de déficit, está incluída la deuda con AWAS, la empresa arrendadora de los Boeing?

¿Alcanza con el tráfico regional para convertir a PLUNA en superavitaria?

¿Que actitud tomarán los funcionarios en las próximas horas?

A lo largo de estos meses, nosotros incluídos, hemos asistido a pronunciamientos, aseveraciones, augurios y especulaciones de todo tipo sobre PLUNA.

Los hechos, porfiados hechos, están demostrando que nada era blanco o negro, comienzan a acentuarse los grises. Nos vemos.