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por Sergio Antonio Herrera
En esta misma edición, tratamos dos temas que aparentemente, no
tendrían relación entre si, pero, a nuestro entender, la tienen y mucha.
Por un lado, la genialidad creativa del Departamento de Turismo del estado australiano de Queensland que lanzó una campaña de publicidad centrada en un concurso cuyo ganador conseguirá un contrato de trabajo remunerado con un sueldo de 100.000 dólares estadounidenses por vivir en una isla tropical como un turista, durante seis meses.
La idea que es titulada como "el mejor trabajo del mundo", tiene como objetivo lograr que los medios de comunicación de todo el mundo recojan la noticia para promocionar la Isla de Hamilton, la Gran Barrera de Coral y las playas tropicales de Queensland.
¿Imaginan la repercusión de esta noticia?
Por el otro lado, nos ocupamos en un artículo de contarles sobre los jets privados que han aterrizado en Laguna del Sauce, el aeropuerto Internacional de Punta del Este.
Centenas de millones de dólares con alas, posan y decolan en las pistas esteñas, transportando a celebridades del mundo de los negocios, de la moda y de la política.
Hace unos días, esta vez por el puerto y a bordo del Tribú, su megayate ecológico, nos visitó Luciano Benetton.
Creemos que hay un desafío notorio, inocultable, el que deben encarar los creativos uruguayos, sobremanera, los que prestan servicios al Estado.
Habrá que buscarle la vuelta a este tesoro documental que es de nuestra exclusiva propiedad: "adonde va el dinero y el poder, algo debe haber"(1)
Pero por otra parte, el desafío es para las propias autoridades de nuestro país.
A pasos agigantados nos vamos aproximando a los tiempos de las grandes decisiones y si alguno no se ha dado cuenta, es nuestra tarea (u obligación), advertirlo: si nos llenamos la boca hablando de las millonadas de divisas que genera el turismo, en algún momento habrá que obrar en consecuencia, invirtiendo en esta actividad como se debe y como se tiene que invertir.
Ya que muchas veces, como en la actualidad, copiamos campañas publicitarias creadas y ya ejecutadas hace años en el extranjero, copiemos este tipo de ideas, adecuándolas a nuestra posibilidades económicas pero, dejando volar un poco la imaginación y quizás, tirando la chancleta un poco de más. Nos vemos.
(1)Cita que me pertenece, se me acaba de ocurrir cuando escribía el artículo y si estoy plagiando a alguien, es lisa y llanamente por acumulación de info en mi disco duro y por lo tanto, me disculpo con antelación.