Invasor
De todas maneras, algo que ver tienen nuestros vecinos y hermanos (¿Será que justamente por ser tan "hermanos" es que nos queremos tanto pero en alguna etapa de la relación, como la que estamos viviendo por estos días, no nos soportamos?). En fin, lo que queremos compartir hoy con uds. es la alegría de que un representante "argentino-uruguayo" (lindo lío, eh) del deporte se ha convertido en el mejor del mundo de todos los tiempos. Y no se trata de un futbolista uruguayo que se hizo famoso en Argentina recibiendo el coro de la tribuna de "uruguayo uruguayo ", ni de un basquetbolista ni de un boxeador: se trata de un caballo. Sí, así es; el turf es el deporte que hace que por estos días se hable en el mundo de los aficionados a este deporte, de Uruguay y de Argentina.
Los medios de comunicación de los dos países en cuestión se han hecho eco desde hace tiempo de los triunfos a nivel internacional del caballo nacido en Argentina y criado y entrenado en Uruguay. El caballo, para acompañar los tiempos que estamos viviendo uruguayos y argentinos ( ), no ha tenido mejor suerte que llamarse "Invasor". Se trata de un caballo que fue adquirido originalmente en Uruguay por la suma de 20.000 dólares. Fue cuidado y entrenado en nuestro país. Ganó aquí la denominada "Triple Corona", vale decir: lo máximo a lo que se puede aspirar en Uruguay. Con estos éxitos a cuestas fue vendido (cerca de un millón y medio de dólares) a un grupo de árabes, quienes teniéndole buena fe lo mandaron a competir a Estados Unidos. Allí ganó todo lo que se lo puso en el camino. Su nivel era impresionante, considerado el número uno de los "clase A". Ya era considerado entonces, uno de los más grandes del mundo. Y ahora, su última incursión fue en Dubai, ganó la Copa del Mundo (y unos manguitos para el actual dueño: un poco más de tres millones y medio de dólares).
Quienes saben acerca del "Deporte de los Reyes" dicen que se trata de un caballo espectacular. Y si habrán cambiado los tiempos que hace algunas décadas, cuando el turf tenía otra trascendencia popular en el Río de la Plata, se hablaba del jockey, sin embargo, ahora, poco importa quién es el jockey. En realidad ahora, sólo los entendidos saben acerca del jockey. Ya no hay un Leguisamo. Ahora, el famoso es el caballo. Y si habrán cambiado los tiempos en nuestro país que lo más destacado en materia deportiva de "algo" uruguayo que ande por el mundo, no es un jugador de fútbol, sino un animal. Un animal que seguramente sea cuidado (y mimado) por estas horas como quisiera cualquier deportista con una mínima intención de trascendencia profesional. No es común que en nuestro país se hable de turf, más allá del Gran Premio Ramírez que se disputa cada 6 de enero. El ciudadano común poco sabe de este deporte en Uruguay. Si hiciéramos alguna investigación y preguntáramos al azar a algunos transeúntes que anduvieran por 18 de Julio y Ejido cuánto saben de turf, arriesgamos a sacar la conclusión de que sólo alguno se limitaría a decir algo acerca de Maroñas, de Leguisamo, y poca cosa más.
Pero bueno, ya tenemos algo más para agregar a nuestra cultura turfística: "Invasor", el mejor de todos los tiempos en este planeta, hizo sus primeros pasos deportivos en Uruguay. Claro está, que este asunto no hace más que agregar un tema más de discusión a la eterna cuestión acerca de la "uruguayéz" o la "argentinidad" de algunas cosas como el dulce de leche, el alfajor, el asado, el mate, Gardel, Francescoli, etc. Es que se trata de un animal nacido en territorio argentino, pero cuidado y entrenado por uruguayos en Uruguay. De todas formas, es bueno decir que durante el último triunfo logrado en tierras árabes, el caballo tenía una veintena de uruguayos y argentinos que viajaron especialmente para ver la competencia. Nos imaginamos desde aquí, a lo lejos, la inmensa emoción que ese grupo de hermanos rioplatenses debe estar viviendo por estas horas en tierras tan lejanas. Saludamos desde aquí, particularmente, a todos los que siempre estuvieron cerca de "Invasor", y también hacemos extensivo el reconocimiento a toda la familia del turf. Ah, y no nos queremos "subir al carro", pero ¿No deberíamos estar llenando 18 de Julio al coro de "uruguayo uruguayo"? Está bien, tiene razón: que nuestros hermanos argentinos vayan al Obelisco, también está bien. Tendríamos que adaptar aquí también, aquélla idea de que "cuando juega la celeste, juegan tres millones": cuando corre "Invasor", corren tres millones. ¡Qué también!