
por Magdalena Herrera
24 ENE 08 PDU
Invitado a dar dos conferencias en Punta del Este, el líder de opinión,
escritor y doctor en medicina, el argentino Marcos Aguinis, dejó a su
paso varias denuncias. Habló del autoritarismo kirchnerista, de la
corrupción, del conflicto con Uruguay, y anunció los peligros que
representa Hugo Chávez.
Percibe los resultados electorales argentinos como una suerte de reelección. Y no sólo porque Néstor Kirchner y Cristina Fernández vienen compartiendo el poder desde que él era gobernador de Santa Cruz y ella senadora por esa provincia, hace ya varias décadas. Siente que la flamante presidenta demostró que se manejará desde la Casa Rosada en forma unipersonal, igual que su marido, con procedimientos agresivos, hostiles, de manera de ganar más poder a través del temor y de la amenaza.
Desde su posición de intelectual, líder de opinión, escritor, el doctor en medicina y psiquiatra Marcos Aguinis, no se cansa de denunciar, una y otra vez, en ensayos, libros y artículos en prensa, los males que están instalados o acechan la Argentina. Asegura que "la corrupción actual es peor que en la época de Menem", "que Kirchner tomó un camino demagógico, populista y autoritario, que ahora continúa su esposa," y que "convertir a Chávez en socio es colocarle una lápida al Mercosur."
Se refiere al conflicto con Uruguay por la instalación de la planta Botnia, y dice que Tabaré Vázquez fue un caballero. "Si se hubiera levantado de la silla en la asunción de Cristina Kirchner, cuando ella lo agredió en forma tan maleducada y burda, habría sido una noticia mundial que le hubiera brindado una inesperada y beneficiosa popularidad. No lo hizo porque en primer lugar la presidenta lo dejó paralizado, y además porque es una persona respetuosa que no quería provocar un hecho tan desagradable. Pero ese maltrato es algo que nos avergüenza a algunos argentinos".
El autor de El atroz encanto de ser argentino no se detiene en el análisis frívolo, y desmenuza la realidad con serenidad, pero crudeza, no sin dejar de aclarar que teme por la calidad institucional y el futuro de su país.
-¿Realmente no cree que habrá "cambio" como prometió la actual presidenta de los argentinos?
-No, y lo demuestra el hecho de que un alto número de funcionarios siguen siendo los mismos, y que las características de la relación con los diferentes actores de la sociedad son idénticos. Al igual que su marido, Cristina Kirchner no ha convocado a reunión de gabinete, a conferencias de prensa, no da entrevistas, con lo cual revela la decisión de manejar el poder en forma unipersonal, y con procedimientos hostiles y agresivos. Evidentemente atenta contra la calidad institucional del país.
-Sin embargo, obtuvo los votos como para ser presidente. Debe haber muchos argentinos que no estén de acuerdo con usted.
-Depende con el cristal con que se mire. Ella obtuvo 8 millones y 300 mil votos. Los argentinos somos 40 millones. Se puede decir que hay 30 millones que no votaron por ella. Por otro lado, existe un voto cautivo en Argentina que responde a la denominación peronista. Es un núcleo duro que no se modifica. Es el mismo que votó por Cámpora, Menem, Kirchner y ahora Cristina Fernández. Por otro lado, se observa el voto clientelista, que es aquel sobornado o comprado mediante los subsidios sociales. Desde hace mucho critico la pérdida de la cultura del trabajo, que se sustituyó por la de la mendicidad. Comenzó siendo un camino sin alternativa al no haber trabajo, al existir pobreza, que se combatió con los subsidios. Pero eso llegó a corromper, porque hay familias que ya no le ven sentido al trabajo. Se trata de una corrupción muy peligrosa.
-¿No le otorga ningún logro al gobierno de Néstor Kirchner? ¿Qué hay de la recuperación económica?
-No, no le otorgo por más buena voluntad que ponga. La recuperación económica se ha producido porque es un país rico en recursos naturales, y también posee muy buenos recursos humanos. Además cuando se toca el fondo, inevitablemente se rebota y llega la recuperación. De ninguna manera, fue crecimiento, porque Argentina desgraciadamente no ofrece estabilidad jurídica para atraer inversiones. De allí la subordinación a Chávez, que es el único medio para obtener créditos. No puedo encontrar medidas de gobierno en la gestión de Kirchner que hayan llevado a la mejora. Más bien observo que se perdió una oportunidad histórica: Argentina se recuperó, pero en vez de aprovecharlo, se tomó un camino equivocado, populista y demagógico. Eso mismo da la sensación que seguirá con la presidenta. El peronismo siempre fue un régimen autoritario. Ya en la época de Menem, donde había mucha farándula y daba la sensación que se permitían bromas y un periodismo de investigación inteligente, agresivo, a pesar de todo eso hubo cierto autoritarismo. Es una característica del peronismo. Puede cambiar ideologías pero no sus rasgos como son su ambición por el poder, el poco respeto por las instituciones democráticas, el desprecio a la oposición, y el desdén a la alternancia del poder.
-¿Por qué los argentinos son pasivos al autoritarismo?
-Los argentinos han estado viviendo una decadencia muy grande desde 1930, cuando ingresaron en nuestro país las ideas totalitarias, tanto de derecha como de izquierda, por un lado el fascismo y también los coletazos de la revolución bolchevique. Esas ideas estatistas, controladoras, han roto el ideario liberal, que fue lo que le dio a la Argentina, como a Uruguay mismo, la capacidad de desarrollo y de convertirse en países muy educados y democráticos. Desde esa situación, fuimos la curiosidad del mundo, y así se denominó a Uruguay la "Suiza de América", y a Argentina era el "granero del mundo". Fue producto de una concepción liberal, ilustrada, democrática, que respondía a los modelos de Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos. Se abandonó y se comenzó a usar el modelo fascista de Mussolini, el de Hitler, o el estalinista de la Unión Soviética. Comenzó una era con altibajos, con gobiernos autoritarios, o con guerrillas también autoritarias que pretendían imponer regímenes a la fuerza, pero dejaban de lado la democracia.
-¿La oposición no debería estar más comprometida?
-Sucede que la oposición más importante es el Partido Radical, que se "peronizó", se contagió del hermano que tenía al lado. Quizás porque lo veía más exitoso y decidido, es que fue delimitando y perdiendo sus rasgos más apreciables: ética, respeto por las instituciones, coherencia ideológica. El radicalismo decayó profundamente y el desplome más grande vino con la Alianza. Pero además, desde el oficialismo, no se quiere oposición. Tan es así que Néstor Kirchner no tuvo ni un solo diálogo o encuentro, ni una taza de café, con ningún líder de la oposición. Desde arriba ya se impone un descrédito por la oposición. Esas ideas se van sedimentando negativamente, y le hacen mucho mal al país. Pero tampoco nos dan una certeza de futuro. Argentina es un país muy lábil, y hemos visto como cambia de opiniones en forma radical. Menem pasó de ser el hombre más fuerte del país a ni siquiera ganar votos en su propia provincia, De la Rúa -poco antes de ser expulsado- tenía un alto porcentaje de aprobación. De modo que nos encontramos con un país bastante etéreo, dato preocupante porque el argentino vive en un terreno de permanente temblor. Genera ansiedad y urgencia, por lo tanto no hay inversión a largo plazo. Es para temer.
-¿Cuáles son las alternativas?
-En el ensayo ¿Qué hacer? Bases para el renacimiento argentino, mi propuesta es que se levante un poco la puntería para salir de esa especie de riña de gallinero donde se cortan las alas a las aves. Se debe ver a la distancia, a largo plazo, y hacer cosas que tengan calidad de política de Estado, que duren aunque cambien las personas. Eso hace al desarrollo de los países, y fue lo que sucedió en Argentina y Uruguay a fines del siglo XIX. Tanto las políticas en materia educativa como de integración de inmigrantes fueron, en ambos países, temas de Estado cuyos resultados fueron extraordinarios.
-En "El Atroz encanto..." pone énfasis en la corrupción. ¿Este gobierno no ha atacado el tema?
-La corrupción sigue muy intensa. Algunos dicen que Menem es un bebé de pecho al lado de los últimos gobiernos. Se han puesto en práctica algunas modalidades más siniestras en el sentido de que no solamente se trata de la corrupción de obtener sobornos, que sigue habiendo, sino de adquirir por medio de testaferros bienes del Estado. A eso le ponen el nombre de nacionalización. Es peligroso, y en Argentina lo señalamos. Ocurre que ahora, como en la época de Menem, hay dinero circulando, y quizás no se sienta en su rigor. Pero, por otro lado, hay una extraordinaria caja, que le llamamos "kaja" en Argentina, con el dinero que recauda el gobierno de los impuestos a la exportación. Estamos actuando de una forma que mereceríamos estar en el libro Guiness: en todas partes del mundo se estimula la importación y Argentina la prohibe porque recortaría un porcentaje grande de esa caja, que maneja arbitrariamente el presidente distribuyéndola como quiere. En este momento tiene poderes extraordinarios, mediante los cuales no debe rendir cuenta al congreso de dónde va a parar ese dinero, y así permite mantener vivo un clientelismo y un sometimiento como el que nunca se ha visto. El hecho, por ejemplo, de que en el partido de la oposición se hayan generado gobernadores, intendentes, legisladores que se llaman radicales "K" causa un estremecimiento pavoroso.
-¿No ve ninguna luz?
-Ocurren algunas cosas que pueden tener su significación, como ciertas medidas que tomó el jefe de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri. Enfrentó a una obra social que no respondía a los intereses de los trabajadores sino a los de corruptos y antipatriotas, que tenían amenazadas a las políticas públicas y que maltrataban a los ciudadanos. Haber enfrentado eso, que parecía imposible, abre un nuevo capítulo porque generó un enorme aplauso de la gente. Como el matrimonio gobernante está muy pendiente de cómo se mueve la opinión pública, si ve que ésta se vuelca a favor de quien enfrenta a sindicalistas corruptos y fascistas posiblemente comience a cambiar también, o darse cuenta que la sociedad quiere que se diga basta a la inseguridad y se enfrente a quienes violan la ley alegremente.
Lo dijo
"En la oposición se generaron gobernadores, intendentes y legisladores que se los llama radicales "K". Es pavoroso".
"Kirchner tomó un camino populista y demagógico, que su esposa continuará".
"El matrimonio gobernante lleva una caja de dinero que maneja arbitrariamente y sin control".
"La actitud de los asambleístas es patética"
"El corte de rutas se ha considerado desde hace mucho tiempo como una declaración de guerra", señala el autor de novelas como La cruz invertida, La conspiración de los idiotas, La gesta del marrano. "El corte que han hecho los ciudadanos argentinos es una acción irresponsable y grave que no ha tenido, felizmente, consecuencias mayores. Es lo mismo que si hubiera un corte de ruta entre Irlanda y Burundi. Eso habla de la irrelevancia en la que hemos caído, luego de una posición frente al mundo admirable y espléndida con la que contábamos en el siglo XIX. Somos irrelevantes y nos insultamos. Al mundo no le interesa y a lo sumo se ríe. Ahí Kirchner volvió a equivocarse: por su afán de votos corrió detrás de los entrerrianos. Luego, se dio cuenta que se había equivocado, pero era tarde. Argentina, país que amo y adoro, no puede jactarse de su respeto por la ecología. Tenemos un riachuelo que es un foco repugnante, y hay otras pasteras que están llenas de polución. Deseo que cuanto antes La Haya se expida. La presidenta dijo que respetará la decisión. Por otro lado, es tan irresponsable la actitud de los pobres asambleístas, y digo pobres porque me resultan patéticos: derrochan tanta energía en una batalla perdida. Veo que está lleno de turistas, llega gente de Brasil en cantidades que no existían antes. Quizás ese corte determinó que en lugar de tener un turismo argentino que llenaba todas las planillas, se encontraran otros mercados. Es como si los asambleístas trabajaran para Uruguay, lo cual lo hace más patético. Pero es una risa que nos hace llorar.
- ¿Cómo observa el gobierno de izquierda uruguayo y qué diferencias o similitudes le encuentra con el argentino?
-El uruguayo es un gobierno de izquierda más genuino. El argentina es de la boca para afuera porque es de derecha, conservador y autoritario. En Uruguay se observa un socialismo, que a su vez tiene problemas porque está integrado por matices variados. Es más dura la crisis entre hermanos. Si se quiere cuentan con un presidente que se desempeña con bastante racionalidad y cuidado, y quizás eso sea uno de los factores que esté provocando el deseo de ciertos sectores de que sea reelecto. Da la sensación de que el Frente Amplio no cuenta con otra figura que tenga esa consistencia para poder liderar.
"Un gorila con navaja sin control"
Marcos Aguinis es crítico cuando se refiere al vínculo entre Argentina y Venezuela, y se detiene en Chávez. "Representa la anti democracia. Quiere perpetuarse, y si hay algo que es propio de la democracia es la alternancia de poder".
Observa que el primer acercamiento entre ambos países pudo haber sido ideológico, pero después se volvió más fuerte por la necesidad de apoyo económico. "Argentina perdió el crédito, y cometió esa paradoja. Se nos dijo que nos liberábamos del `poder colonial` del Fondo Monetario Internacional, pagándole todo lo que se debía. Ahora estamos pagándole a Chávez intereses tres veces más altos. ¿Entonces somos colonia de Venezuela? Lo curioso es que todos hablamos de Chávez, de una persona y no de un país, como en algún momento la historia se refirió a Musolini o Franco. En vez de hablar de instituciones, se trata de un personaje y eso es grave. Demuestra que estamos muy mal. En su acercamiento, Chávez busca una murga política que lo acompañe. Estamos frente a un nuevo imperialismo, bastante carnavalesco. Es una especie de subordinación de América Latina a alguien que se cree la reencarnación de Bolívar, en su aspecto menos admirable, el de dictador. Convertir a Chávez en un miembro o socio es colocarle una lápida al Mercosur.
-¿No la tenía ya?
-Bueno, era un proyecto de lápida, sí. Ahora lo será seguro. Por otro lado observo que Brasil, a través de instituciones arraigadas y de un ministerio de Relaciones Exteriores profesionalizado y con una visión estratégica superior, está tomando más distancia de Chávez. Se dice que Brasil optó por aceptar a esta suerte de gorila con navaja en el Mercosur para contrarrestarlo lo mejor posible. Pero dudo que sea así. Es como cuando Chamberlain fue a negociar con Hitler, pensando que si le daba algunos gustos iba a conseguir que fuera más buenito. El resultado fue inverso. Con seres delirantes, paranoicos, narcisistas, ignorantes, lo mejor es enfrentarlos claramente. En ese sentido, nos encontramos en un momento triste. Hoy nos damos cuenta que hay muchos que admiran más a Chávez que a Uribe, cuando Uribe es el presidente democrático que, en la zona de Colombia donde rige la constitución, se observa un progreso extraordinario, y en la otra se encuentran jaulas donde están encadenados seres humanos.
fuente: elpais.com.uy
foto: Ricardo Figueredo