ella disfruta de ese mundo al que quisiera pertenecer y siente a la vez desprecio e irritación y una atracción fatal por la falta de pulimiento de su marido.
Es de barrio.
Le gustan las cosas finas y caras y cuanto más caras mejor.
En sus sueños de vigilia se imagina personaje de alcurnia y en vez de su común apellido prefiere imaginarse con su nombre seguido de PRIMERA.
El turco ASIS lo dice con irónica seriedad pero ella se cree una elegida, elegida por el destino, elegida por lo que considera sus inmaculadas virtudes, elegida por su infalibilidad, elegida porque merece y mereció ser elegida y una elegida
Se confiesa a diario con LUIS VUITTON fascinada por su charme por su liderazgo en la moda, por el diseño de sus carteras en las que tiene a buen resguardo los dinerillos que supo ganar su consorte de suerte y de convivencia.
En sus sesiones de análisis, desde la laxitud del diván, expone el drama que le causa la incomprensión de la gente sobre sus méritos indiscutidos y sobre su vocación de servicio.
Piensa que no merece esa gente contar con una elegida.
Habré nacido en el lugar equivocado plantea con cruda y genuina sinceridad reprochándole a Dios por tamaño desatino.
Si Dios es omnisciente y omnipotente, porqué se equivocó con ella.
Entonces resulta que Dios no es perfecto, y su misión en la vida es obligarlo a reconocer su falencia.
Su ego se despliega con la fastuosidad de un pavo real, se desplaza con la agilidad de un águila, posee la elegancia de un príncipe, el sigilo de un felino, la sabiduría de un clásico y la prudencia de la perfección.
Sus fantasías son las realidades verdaderas y las realidades son mundos de ficción creados por demonios y malandrines celosos, enfermos de envidia y rencor que confunden a las gentes.
Sin darse cuenta se adormeció y soñaba que estaba desnuda en la corte real, en un baile de gala ante gigantes mannequins vestidos de gauchos que la miraban con desprecio y sorna.
Le hicieron recordar la olvidada humildad de su origen y el barro de aquellas calles modestas que transitó durante su infancia en las que todos se saludaban y ayudaban.
El laurel de su corona se había marchitado y comenzó a correr, a correr, creyendo que gestionaba cada vez mejor
.
Se despertó.
Solo fueron pesadillas sin significado, seguía siendo la elegida, nunca se preguntó por quien
o no será la incomprendida?, sus ojos se iluminaron, ya no necesitaba más análisis.
Ella misma se firmó el alta.
Pensó, en realidad soy una elegida incomprendida o la verdad necesaria.
Era tan fácil resolver la causa de la neurosis.
Desde la inmensidad del infinito, DIOS se sonrojaba, por primera vez en miles de millones de años se había equivocado y ella lo contemplaba sonriente, sin piedad, con indisimulado orgullo desde su Olimpo imperial
se sintió dueña del efecto sacro
y esperaba que le dediquemos en son de letanía el Yo pecador
Por primera vez usaría el atril para escuchar y oír