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Lunes, 29 Diciembre 2008 21:13

Un año de política

 por Luis Alejandro Rizzi

Empezamos por casa. El año 2008 puso de manifiesto que el matrimonio Kirchner si bien no es invulnerable, posee aun una enorme capacidad de fuego.


La gente del campo le propinó la más impensada de las derrotas políticas al impedir que el Congreso de la Nación convirtiera en ley la resolución ministerial por la que se creaban retenciones móviles y a partir de ciertos valores su “tasa” era virtualmente del cien por cien que las convertían en confiscatorias.

Sin embargo el régimen “KK” en vez de intentar recomponer la relación con el sector solo atinó a descargar su mas dura venganza que se concretó principalmente en dificultar e impedir sus exportaciones, sin importar el daño que esas decisiones  producían en la economía nacional y en las propias finanzas del Estado.

El régimen “KK” que aun conserva varios incondicionales “kk” logró apoderarse de los ahorros de mas de ocho millones de personas que aportaban a las Administradoras de fondos de pensión (AFJP) con meros fines políticos personales, en nombre del bienestar de la clase pasiva, dando una nueva muestra de su
alto nivel de hipocresía.

Logró sancionar una perversa ley de blanqueo de capitales y de moratoria fiscal, lo primero es inadmisible y lo segundo improcedente por ser establecida a la salida de un lapso de crecimiento a “tasas chinas”.

Pero estos “entuertos” quizás son lo menos significativo ante a una nefasta herencia que costará mucho tiempo revertir que está dejando a la sociedad sumida en una profunda anomia, en la que el odio se elevó a categoría moral, la hipocresía se presenta como virtud, el patoterismo y apriete como medios nobles de
acción, la mediocridad cultural como ideal absoluto, la fanfarronería como ejemplo de buena conducta y el desprecio por el otro como sinónimo de caridad.
 
En el Uruguay el hecho que más me impactó fueron los fundamentos del veto del Dr. Tabaré Vázquez  a la ley que procuraba la despenalización del aborto.

Fue una clara decisión fruto  del ejercicio de genuina “autoridad”, es decir ejemplaridad y certeza en la toma de decisiones.

En Chile parecería que la “concertación” como se  dio en llamar  a esta alianza  de partidos de izquierda, comenzó a sufrir el desgaste de varios años de gobierno y por la salud del sistema sería bueno para el funcionamiento de la República que en las próximas elecciones presidenciales se pudiera producir una
alternancia con el triunfo de la “oposición”.

La incógnita que se podría plantear  sería la “idoneidad política” de  Sebastián Piñera, el casi seguro candidato de la “derecha” para ejercer la Presidencia del país hermano.

Digo esto porque Piñera proviene del mundo de los negocios que tuvo alguna responsabilidad en esta crisis económica de dimensión universal.

El mismo Piñera recibió sanciones por haber usado información privilegiada para el tráfico de acciones y derivados que le posibilitaron la obtención de generosas ganancias. Esa conducta genera cuando menos razonables reservas.

El mundo de los “negocios” y el “mundo de la política” son dos mundos muy diferentes y quizás el ejemplo mas cercano es el de Berlusconi en Italia demostrándonos como la confusión de esos dos mundos no favorece la promoción del bien común y si de bienes individuales de algunas personas.

Los países tienen  o deberían tener otros objetivos  muy diferentes a los de las empresas ya que los resultados se miden desde otro punto de vista y con otro sistema de pautas; por ejemplo la salud pública se mide con índices que en números finales nada tiene que ver con resultados cuantitativos sino cualitativos;
lo mismo pasa con la educación y  con la seguridad.

No parecería la de Piñera una buena opción política, dicho esto y a esta altura desde el mero ámbito de la conjetura.

Chávez en Venezuela comenzará a sufrir las consecuencias de la extraordinaria baja del crudo y probablemente bajen en la misma proporción sus posibilidades de perpetuarse en el poder.

Paradójicamente Chávez tuvo su mejor aliado en la peor versión del capitalismo especulativo y amoral que él se encargó de criticar y descalificar y que le posibilitó la obtención de inesperadas ganancias que no fueron utilizadas para promover el bien común del pueblo venezolano sino para satisfacer sus ambiciones meramente personales.

Por ultimo Brasil ha logrado consolidar un liderazgo político que seguramente lo llevará a ocupar un lugar definitivo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
 
Obvio esto no es mérito del presidente Inacio Lula Da Silva sino de la coherente tarea que viene desarrollando la diplomacia brasilera desde siempre y en definitiva de la existencia de políticas de estado.

Cuando los estados tienen políticas, los partidos políticos se convierten en instrumentos de esas políticas y las diferencias aparecen en los matices sin descuidar la continuidad de las políticas básicas.

En la Argentina al no existir políticas de Estado cada elección se convierte en un hito fundacional que es la causa del retroceso permanente.

En los EE.UU. el trabajoso triunfo de Barak Obama nos trae a quienes pasamos los sesenta y pico de años la misma ilusión que nos había despertado John F. Kennedy y su programa de “la nueva frontera”.

Es indudable que Barak Obama tiene el significado de una Navidad para la política norteamericana cuyo punto de encuentro podría ser el respeto a valores propios de nuestra cultura clásica.

Los EE.UU. no solo tienen que encontrar una buena oportunidad como salida a esta crisis financiera y económica sino también el modo y la forma de insertarse en la “globalización” como parte de ella y no como dueño y señor como parecería que fue la idea de George W Bush al confundir su ombligo con el mundo.

El liderazgo internacional no estará dado tanto por el poder de los ejércitos sino por la “calidad de las decisiones” y por la ejemplaridad de los regimenes políticos.

Quizás quien ha comprendido esa dualidad ha sido Sarkozy, lástima que le haya faltado esa dosis necesaria de madurez que lo podría haber convertido en uno de los líderes de este nuevo viejo mundo ahora “globalizado”.

Termino este brevísimo resumen con esta expresión de Vinicius  de Moraes:
“…La vida no es un juego, amigo, la vida es el arte del encuentro. A pesar de que haya tantos desencuentros en la vida...”

Sería deseable que el 2009 nos encuentre “encontrados”…

Esta es mí propuesta para el brindis de la última medianoche de 2008.

Feliz año !!