para modificar normas del código electoral que posibiliten que las elecciones se realicen el próximo 28 de junio.
Sería suicida embarcar a la sociedad de aquí hasta octubre en una discusión permanente cuando el mundo se cae a pedazos y estos se nos pueden caer encima
, dijo la Señora de Kirchner para justificar esta alteración del calendario electoral.
Este argumento no resiste ningún análisis y solo demuestra la mezquindad de un calculo electoral, ya que según varios pronósticos que han llegado a manos del Señor Kirchner, la situación del tercer trimestre seria muy grave e impactaría muy negativamente para el oficialismo en el eventual resultado electoral si las elecciones se realizaran en octubre como debería ser.
Si por un momento tuviéramos por cierto ese argumento pondría en evidencia la pobreza intelectual de nuestra dirigencia política incluidos el matrimonio Kirchner.
Por otra parte la Señora de Kirchner puso de manifiesto su incapacidad para el diálogo, ya que en una situación de crisis, el dialogo y la discusión constituiría el mejor aporte de ideas para poder elegir las mejores opciones, pero para ella y su esposo esa discusión sería suicida.
En cierta forma la discusión sería suicida para ellos ya que se pondría en evidencia las calamidades de su gestión.
Lo cierto es que los Kirchner han impuesto un patrón de gestión en el que las decisiones son fruto de impulsos histéricos y en los que las descortesías y la arbitrariedad se exhiben como exponentes de una idoneidad sobrenatural, fuera del alcance de la razón humana.
Ya no queda duda, en la Argentina no hay derecho, no hay institucionalidad, no se respeta a la ciudadanía y se fomenta la anomia como virtud suprema de una sociedad moderna.
Sin embargo también los reproches alcanzan al arco opositor que no ha tenido una respuesta coherente frente a este grave y torpe intento de menoscabar el poco resto de institucionalidad que nos quedaba.
Ante la existencia de una norma que fija como debe ser el calendario electoral, nada justifica su modificación, máxime en una situación de gravedad ya que si triunfara la oposición, ¿que rol les cabria a los diputados y senadores que deben continuar con su mandato hasta el 10 de diciembre?,¿no estaríamos creando un estado de real anarquía política?, ¿no estaríamos vaciando a nuestro parlamento?,
Sin embargo las respuestas de los principales líderes opositores fueron dubitativas, poco convincentes y hasta confusas, sin perjuicio que en base también a cálculos personales algunos expresaron su acuerdo con esta nueva tropelía institucional, lo que los coloca en el mismo nivel de los Kirchner.
A propósito, tropelía significa atropello o acto violento, cometido generalmente por quien abusa de su poder o bien en una segunda acepción, aceleración confusa desordenada e incluso violenta.
Como se verá creo que hemos usado la palabra tropelía en su real significado, este adelanto de las elecciones constituye un claro abuso de poder de consecuencias no pensadas.
Este hecho político evidentemente puso al descubierto la debilidad de nuestro sistema institucional, que en situaciones de crisis como la actual debería ser la máxima garantía para la ciudadanía.
Las causas fundamentales de la crisis son consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno de los Kirchner que han logrado neutralizar la actividad más eficiente y moderna que tenemos los argentinos que es la actividad agropecuaria, al trabar su desarrollo por motivos que ni siquiera son ideológicos sino psíquicos o neuróticos.
Obviamente también castigaron a casi todas las actividades rentables, como la explotación petrolera entre otras.
Sin embargo el juego goza de privilegios que favorecen en cierta medida la degradación humana al fomentar uno de los vicios más perjudiciales para el desarrollo personal.
En momentos en que se han limitado las exportaciones del sector agroindustrial con la consecuente perdida de mercados, en beneficio de Uruguay y Brasil como en el caso de las carnes, también se está por perder el mercado de Brasil para el trigo, la señora de Kirchner reunió a cien diplomáticos para que salgan a vender la Argentina impulsando la capacidad exportadora, en un episodio que no por desopilante deja de ser trágico.
Alguien dijo muy en serio, que la Argentina estaría condenada al éxito, por eso el linyera del barrio pide a los gritos que lo indulten
para poder ser gente.
Sin políticos, sean oficialistas u opositores, que no tengan capacidad para respetar las formas de la política, como deberían ser los calendarios electorales, nada bueno podemos esperar.
Dios quiera iluminar a nuestros diputados y senadores, cuando a partir de hoy deban considerar esta cuestión.