Publicado por Ana Franco el 27 Marzo de 2009
A una semana de cumplirse el año de haber escrito esta nota, hoy la
vuelvo a exponer. El tema del voto consular vuelve al tapete.
El Uruguay contemporáneo es un país de emigración. Más de un 12% de la población se encuentra residiendo en el exterior. Si votáramos seguro haríamos una diferencia en la totalidad de los sufragios en las elecciones nacionales. Asunto más que controversial, sabiendo que hay gente a favor y en contra de esta moción, ambas tienen más que sobradas razones para estarlo.
La diáspora no pierde los derechos como ciudadanos por residir en el exterior. La nacionalidad no se pierde, ni tampoco se suspende la ciudadanía por residir en el extranjero, según la Constitución de la República (interpretando los Arts. 80 y 81). La realidad es que a pesar de no estar en el país, poseemos los mismos derechos que los que se han tenido la posibilidad de quedarse pese a quien le pese.
Pero el voto del que vive en el exterior es el voto del que no está; es decir de los ausentes. Nos guste o no, cada día vivimos realidades totalmente diferentes a las que vive la población residente en Uruguay. Algunos renegando de estar lejos de la patria a pesar de haber logrado o no, lo que se anhelaba en el momento de tomar la decisión de emigrar. Otros queriendo volver con sus afectos a como de lugar en cuanto la situación cambie. Algunos no queriendo volver a no ser como turistas a su país. Y quien sabe cuantos no queriendo ni hacer escala en el Aeropuerto Carrasco
Pero todos, absolutamente todos, tenemos los mismos derechos como ciudadanos.
Es entendible que los uruguayos que residen en Uruguay, se sientan afectados por esta misma calidad de condiciones a la hora de emitir el voto (obligatorio por cierto) en elecciones nacionales. Los que se han quedado salen a pelearla día a día en el bendito pero castigado país. Mientras que los que estamos afuera, si bien también la peleamos día a día, nuestra batalla es otra. Con la toma de decisión de irnos se batalla con el desarraigo, desapego, tristezas, soledades, desesperanzas, extrañando todo lo amado que hemos dejado en nuestro país, y la pucha que se extraña. Los que emigramos sabemos fehacientemente la cantidad de otros males que padecemos por lo mismo. Porque aspiramos objetivos en pos de crecimiento en el orden que sea, alguna vez hemos sido catalogados de cobardes, como si quedarse fuera un signo de valentía. Siempre me pregunté en este sentido, quien es el cobarde y cual el valiente
todo depende del cristal con que se mire.
Pero ahora bien, deberíamos votar los que estamos fuera del país? Es cierto que si se Gobierna bien, la emigración cesaría porque no habría necesidad de emigrar. Se pararía con la sangría migratoria que trae aparejado consecuencias que van de la mano con la falta de 400.000 uruguayos (y un plus de 200.000 hijos de uruguayos). Mas allá de que se nos ampare Constitucionalmente, pensamos que los que emigramos tenemos derecho a votar? Porque tenemos nuestros afectos y queremos un país próspero en todo sentido para ellos? Porque se tiene el deseo de volver? Porque simplemente se siente parte de la toma de esa decisión y se quiere hacer uso de ese derecho y ya?
Personalmente, siempre que escucho un punto de vista, trato de ponerme en los zapatos del que da su opinión, ya que creo que de esta manera se puede entender y no cerrarse a una única visión; la nuestra. En ocasiones como ésta es bien difícil, uno no puede ser lo suficientemente objetivo. Mas de una vez escuché decir: te fuiste, no te quedaste, entonces no hay derecho a emitir voto alguno
jodete
nosotros no tenemos porque pagar las consecuencias de las elecciones de los que están fuera del país, somos nosotros los perjudicados
ustedes no viven día a día lo que nosotros padecemos con las malas elecciones gubernamentales
los de afuera son de palo
votar? ja, si sos un desertor
cobarde!
Mirando esperanzada un futuro próspero, productivo, con una educación de la que estemos orgullosos de dar a nuestros hijos, una seguridad ciudadana recuperada, con posibilidades laborales y redituables de acuerdo a nuestras capacidades, con ciudadanos que cooperen con el gobierno que sea sin mirar divisas, cumpliendo con las normas establecidas en pos de un bienestar social que todos nos merecemos
Un cuento de hadas? Quizás.
Pero si sucediera, del 12% de la población que ha emigrado, un gran porcentaje no tiene intenciones de volver, otros sí que la tienen queriendo regresar a un Uruguay productivo en todo sentido. Muchos dirán: te fuiste, no la peleaste como yo quedándome y ahora que logramos sacar el país adelante queres volver? Tomatelaaaasss! Sin querer, creo que con esta decisión se genera un antagonismo entre los que están y los que nos fuimos
olvidándonos que todos queremos un país que avance y del cual nos sintamos orgullosos de pertenecer, vivamos o no en él.
A QUIEN LE DICES COBARDE
Algunos llaman cobardes a quienes un día se van
dejando allí a su Patria los afectos que ahí están
si supieran que nos arde que el corazón se nos parte
si supieran lo valiente que debes ser: emigrante!
Los cobardes que tu piensas los que decidieron irse
tuvieron que escindirse al tomar la decisión;
mas fácil era quedarse que tomarse un avión
para luego encontrarse solos con su decisión.
Nos piensas cobarde hermano..! cuando lejos te pensaste
y esa idea desechaste
lágrimas mil derramaste
pronto tú te las secaste de pensar solo te hundiste
y ahí te quedas y resistes?
porque de irte desistes!?
El irse no es pa cualquiera de otra manera pelea
por eso no es de cobarde y en ambas peleas se entrega
a ti te digo valiente! que estás con toda mi gente
acompañado ahí
abrazado a mis parientes.
No creas que habla el cobarde que se enfrenta a ti: valiente
Mira! el corazón me arde digo con sangre caliente!
Si algún día emprendes viaje hablaremos como hermanos
de vivencias, de parajes y seguro mano a mano.
Y llorar es de valientes porque no aprietan lo dientes
las lágrimas no contienen y ellas no se detienen
de valiente se es cobarde, de cobarde se es valiente
te lo digo a ti pariente pues ya ves, no soy cobarde!
Acerca de la autora del Blog de Ana Rita Franco , Nostalgia de Emigrante (al cual accedimos a través de El País Digital):
Licenciada en Psicología, casada, dos hijas. En el 2000 emigra a la Argentina y allí sigue estudios en la UBA y Fundación Chiozza (Medicina Psicosomática). Trabajó en una Clínica Medico Psicológica en el Partido de Vicente Lopez (Liaison). En el 2002 parte hacia Estados Unidos donde actualmente reside. Desde su perspectiva como emigrante intenta en este Blog expresar lo que siente estando lejos [...]