Para fin de mes se espera la llegada del crucero Infinity con 2.300 pasajeros y del gigante Queen Elizabeth con otros 3.400. Los felices viajeros se sumarán a los varios miles que han estado arribando a los puertos de Montevideo y Punta del Este desde el comienzo de la temporada.


Si bien los arriba mencionados son dos de las estrellas que los operadores turísticos están esperando, está prevista la llegada de otros navíos de hasta 1.900 pasajeros.


Pero no todas son buenas noticias. Albérico Saldivia, gerente general de la agencia de viajes Bueme´s, indicó a Observa que Montevideo todavía "no está preparada" para colocarse entre los destinos obligados de los cruceristas.


Esto se debe a que la ciudad no luce exactamente como las postales que los extranjeros compran en la Ciudad Vieja y, lo que para él es lo más importante, es menos segura.


"Es lamentable el estado de nuestros monumentos y parques", comenzó a enumerar los sitios en donde se necesita una intervención urgente, como por ejemplo, el monumento a La Carreta de José Belloni en el Parque de los Aliados es una parada obligatoria de los tours capitalinos. Allí, "hay alambres sueltos, gente bañándose en la fuente, hay ropa tendida", se quejó Saldivia.


El entrevistado dijo a Observa que las compañías que traen los cruceros al país -Bueme´s y Turisport- a veces contratan vigilancia extra para asegurar la permanencia de los turistas en determinados puntos de la ciudad.


Por lo general, los cruceristas contratan tours cuyos precios oscilan entre 20 y 150 dólares, de acuerdo con la distancia a recorrer y la duración. Los más solicitados son las visitas por Montevideo, una escapada a Colonia y Punta del Este, una recorrida por bodegas o a estancias turísticas. En las últimas dos, se pueden agregar shows a la hora del almuerzo o de la cena.


Aunque haya una gran selección de puntos turísticos en Montevideo, la empresa de Saldivia no recomienda a sus clientes el paseo que todo uruguayo ha hecho: el Cerro y la Fortaleza; es más, fue retirado de la lista de posibilidades.


"En el camino sólo se ven asentamientos y no hay seguridad. No es la buena imagen que queremos vender", agregó.


Dentro del circuito histórico de la Ciudad Vieja, Saldivia consideró que la Peatonal Sarandí debería estar despejada de vendedores ambulantes para que los turistas puedan apreciar con mayor detenimiento los edificios y los locales comerciales.


Sobre el resto de la ciudad, el empresario solicitó más vías de bicicletas por la Rambla, debido a que los cruceristas muchas veces quieren contratar estos rodados para recorrer las calles durante su corta estadía. "Es lamentable que no puedan disfrutar con plenitud", resumió.



Una buena

El operador turístico Remo Monzeglio dijo a Observa que, afortunadamente, los asaltos a turistas en la Ciudad Vieja se han reducido a "prácticamente cero".


La mejoría con respecto a años anteriores se debió al incremento de los efectivos de Policía Turística y de camionetas para trasladarlos fuera de las cercanías del puerto.


fuente: observa.com