Más de una vez se preguntó cómo sería su vida hoy si aquella noche de septiembre de 1991 el auto en el que viajaba no se hubiera estrellado contra una palmera. "Realmente no lo sé. Podría haberme casado y luego divorciado", especula desde su silla de ruedas Alejandra Forlán, e inmediatamente suelta una contagiosa risa. Risas que se harán presente a lo largo de la entrevista y que la personifican como una mujer alegre, con sentido del humor y muy segura de sí misma. "Hoy estoy acá, mañana no lo sé. Por eso trato de disfrutar el día a día", confiesa con voz ronca y pausada la hermana del reconocido jugador de fútbol Diego.
Con una cuadriplejia que no le permite caminar ni mover sus manos y apenas los brazos, y con una capacidad respiratoria 40% menor a la de una persona sin discapacidad, Alejandra irradia tranquilidad, confianza y despierta admiración; jamás compasión.
La rubia de 35 años se disculpa por haber llegado media hora tarde. "Estaba terminando de arreglarme. Soy así, coqueta", dice sentada en su gran casa frente a la rambla de Carrasco, donde minutos más tarde

Sin embargo, Alejandra cuenta que sí siente orgullo por haber fundado la flamante Fundación que lleva su nombre, tema que la tuvo en el tapete en estos días.
-¿Cuándo y por qué empezaste a pensar en la fundación?
-Desde antes del accidente quería luchar por los derechos de las personas discapacitadas, y bueno, a los pocos años de que lo sufrí pensé que realmente era necesario crear un organismo que previniera los accidentes de tránsito y promoviera la igualdad de derechos: en Uruguay falta consciencia social y políticas de Estado referentes a esos temas.
-¿Te sentiste alguna vez discriminada?
-Como persona sinceramente no, pero sí me ha pasado de ir a lugares y toparme con barreras físicas, como no poder entrar porque el tamaño de la silla es muy grande. Después están las dificultades para trasladarse, que quizá yo no las noto tanto porque me llevan y traen a todos lados, pero para la gente que no tiene esas posibilidades es difícil, y duele.
Amor eterno. Alejandra no recuerda el accidente con dolor pero reconoce que la muerte de su novio Gonzalo, quien manejaba el auto esa noche, fue una de las cosas más tristes que le tocó vivir. "Hacía alrededor de un año que estábamos juntos", cuenta la hermana del futbolista, quien confiesa que lo ha extrañado, y mucho. Hoy, sin embargo, lo recuerda con cariño y siente que él aún sigue con ella.
"Gonzalo siempre fue leal, bastante alegre y divertido", revela Alejandra, quien no tiene dudas de que en otra instancia de la vida se reencontrarán.
-¿Sos católica?
-Soy bastante creyente y rezo todas las noches.
-Generalmente uno siente rebeldía en esos momentos críticos, ¿pensaste que Dios te había abandonado?
-No, jamás. Las cosas pasan por algo y de todo se aprende. No tuve otra opción que seguir adelante porque lamentándome no iba a conseguir nada bueno. Tampoco me arrepiento de nada de esa noche.
-Habían ido a bailar con amigos, y tú y Gonzalo se volvían juntos en el auto, ¿ habían tomado?
-No, no éramos casi de beber.
exigente. "Perdón, no quiero molestar, pero si no le doy de comer a `La negra` (Alejandra), se me muere de hambre", interrumpe la conversación en forma simpática Macarena, una de las amigas que la creadora de la fundación conserva de la infancia. Macarena trae un plato con trozos de jamón, y se los da en la boca, de a poco. Con su presencia, Alejandra se suelta más y le dice a la fotógrafa que quiere ver cómo quedaron las fotos. "Soy muy exigente conmigo misma y los demás", explica.
-¿Te preguntas por qué a ti?
-No, jamás, al contrario, ¿por qué no a mí y sí al de al lado?
-¿Qué fue lo primero que sentiste cuando te dijeron que no ibas a poder moverte más?
-En realidad ni bien se detuvo el auto e intenté pararme me di cuenta que no podía caminar. Al principio fue duro, pero con el tiempo lo fui aceptando. Tuve que redescubrir mi cuerpo y eso a uno le cambia la cabeza. Es una readaptación al mundo. Por suerte tuve el incondicional apoyo de toda mi familia, y me aferré mucho a mi madre Pilar, quien realmente ha sido y es el pilar de mi vida.
-¿La estabilidad emocional y los pies en la tierra que tiene Diego, a diferencia de otros futbolistas, tiene que ver con lo que te pasó a ti?
-Es la suma de muchas cosas, pero sí debe haber influido. Igualmente mis padres siempre nos inculcaron buenos valores, que la verdad, lo agradezco.
-¿Qué opinás de tu cuñada Zaira Nara?
-(Risas de Alejandra, Macarena y Gustavo, el amigo íntimo de la infancia, también presente en la entrevista). Me cae muy bien. No la traté mucho, pero en los dos días que estuve con ella me llevé una buena sorpresa. Es una chica inteligente. ¡Mirá que hay cada hueva en ese ambiente (del modelaje)!
Niñez: la mejor etapa. La infancia despierta en Alejandra sentimientos de extrema felicidad. La recuerda yendo a la playa junto a sus padres y tres hermanos, en Montevideo y en Punta del Este. También practicando deportes con ellos y amigas. "Todos los que tienen sus afectos cerca y sus necesidades cubiertas añoran la niñez", dice Alejandra, quien revela que esa fue la etapa más linda de su vida.
Otra época muy divertida para la hermana de Diego fue la adolescencia. "Siempre tuve muchos amigos y me encantaba salir", confiesa, aunque aclara que aún hoy lo sigue haciendo. "Claro, no es lo mismo porque las limitaciones son otras, pero me distraigo, escucho música y la paso super bien".
Alejandra va a pubs y fiestas, cuenta su amigo Gustavo, que es el que siempre la acompaña. "Por eso muchos piensan que soy el novio, pero no", dice él, que en realidad es pareja de Macarena. "Dale, decí la verdad", bromea Alejandra.
-¿Te gustaría enamorarte?, ¿qué debe tener un hombre?
-Ya estuve de novia estando en silla de ruedas hace diez años, pero sí, me gustaría mucho tener una relación afectiva. La persona tendría que ser leal y espiritual. Eso es lo que más admiro.
- ¿Y te gustaría ser madre? , ¿podrías?
-Creo que toda mujer sueña con formar una familia. Sí podría ser madre aunque se correrían muchos riesgos, pero tampoco descarto la idea de adoptar o alquilar un vientre. Eso sí, primero tengo que conseguir un candidato.
-Sos de reír bastante, ¿qué es lo que más te divierte de la vida?
-Me fascina estar con mi familia y amigos, y me interesa mucho conocer personas de distintos países, razas, niveles socioeconómicos y maneras de pensar. En general, las historias de cada una de ellas me llenan y enriquecen.
-¿Esa característica influyó a la hora de recibirte de psicóloga?
-Creo que muy poco. Tampoco incidió el hecho de haber tenido el accidente. Muchos piensan que me recibí de psicóloga para ayudarme a mí misma, pero no es así. En realidad yo siempre había tenido la duda entre esa carrera y la de Administración, y de casualidad, una vez me encontré con una profesora de psicología que conocía, y me impulsó a que estudiara eso. Nunca tuve una vocación definida
-¿Y qué lugar ocupa esa profesión en tu vida?
- Poco, porque en realidad no ejerzo. Fue una meta que cumplí y nada más.
-También te recibiste de Agente Fifa donde tu trabajo consistía en contener psicológicamente a los jugadores de fútbol. ¿Seguís trabajando en eso?
-No, ya no, (tose, toma aire y demora unos segundos en seguir)... Eso fue una etapa que disfruté con mi padre y Diego, pero mi atención ahora está focalizada en desarrollar la Fundación.
-En cuanto a lo personal, ¿qué es lo que más querés en la vida?, ¿tenés esperanza que surja una operación que logre mejorarte?
-Yo disfruto el hoy porque no sé qué me va a deparar el mañana. Si bien estoy informada sobre mi discapacidad y todo lo referente a ella no es un tema que me preocupe ni me ocupe.
-¿Y qué harías si algún día volvieras a caminar?
-Uh, qué pregunta. (Más risas).
RING. Justo suena un celular que hay en la casa, lo que desconcentra un poco a Alejandra, impidiéndole contestar la pregunta. Inmediatamente se suman las bromas de Gustavo "Pero dale, Ale, un poco más de seriedad", dice el amigo, y se ríe.
Alejandra mira fijo a la periodista, y le dice: "¿Qué me habías preguntado? Ah, sí, ya me acordé. Lo primero que haría si caminara es ir a bailar. Cómo me gustaba hacerlo y cómo lo extraño".
"Sentí que el país necesitaba esta Fundación"
"La idea es que se hagan valer los derechos de las personas discapacitadas y concientizar a los jóvenes sobre los accidentes de tránsito". Así resume Alejandra Forlán los propósitos de la flamante Fundación que lleva su nombre, y de la cual es responsable junto a su hermano Diego.
La institución comenzó a funcionar el pasado 23 de marzo y pretende crear a largo plazo un centro de rehabilitación que incluya asistencia integral a víctimas que hayan quedado con discapacidades o limitaciones en accidentes automovilísticos. Otro de los objetivos de la Fundación es seguir adelante con la campaña Punto Muerto impulsada en el año 2007, cuyo objetivo es comunicar y sensibilizar a los más jóvenes sobre la importancia de respetar las normas de seguridad vial, señala Alejandra en tono pausado. Y agrega que los accidentes de tránsito en carretera son la mayor causa de muerte en menores de 35 años: unas 120.000 personas fallecen cada año en Iberoamérica a raíz de esas fatalidades y cerca de 700.000 resultan heridas.
Según un reporte sobre siniestralidad vial en el Mercosur realizado por el Instituto de Seguridad y Educación vial argentino entre el año 2005 y 2006, Uruguay cuenta con una tasa de mortalidad por accidentes de tráfico del 17,24% por cada 100.000 habitantes.
Tal problemática fue uno de los principales motivos que impulsaron a la hermana del reconocido futbolista a crear la Fundación. ¿El otro? Haber recibido centenares de cartas y llamados de jóvenes que quedaron para y cuadripléjicos luego de un accidente de tránsito. "Ellos me pedían consejos e información acerca de su discapacidad", confiesa Alejandra y reflexiona: "Sentía realmente que el país necesitaba un organismo que educara sobre la prevención de accidentes y sus consecuencias".
Muy simpática, divertida y agradable, Alejandra también sabe ponerse seria cuando la situación lo amerita. "A veces se subestima a los adolescentes y en realidad la recepción que yo tengo de ellos es muy gratificante porque están siempre abiertos a escuchar, hablar y aprender", opina Forlán y añade: "No sé si es mi presencia o el mensaje lo que les impacta, pero que toman conciencia, la toman".
fuente: El País Digital