Más de Ilhabela

Este paraíso está localizado a 210 kilómetros, 3 horas de la capital del Estado de San Pablo,  y a 350 kilómetros al sur de la ciudad de Río de Janeiro. La isla es conocida como “Capital de la Vela” debido a las decenas de campeonatos nacionales, sudamericanos e internacionales de yatching.

Los casi 300 kilómetros cuadrados de vegetación con el 85% de área protegida es considerada por la UNESCO como una Reserva Mundial de Biosfera. En Ilhabela sólo está permitido el 2% de ocupación de la tierra para construcciones. Y como máximo, hasta 200 metros de altura en los morros. El dibujo armonioso de sus acantilados y ensenadas contrastan con la exhuberancia de la vegetación donde arroyos y cascadas
dan vida a la rica biodiversidad. En esta isla se encuentran opciones para disfrutar en forma ordenada y responsable por los nuevos visitantes.

Su costa oeste mira al continente al Canal de San Sebastián, ofrece playas calmas; al contrario de la costa este, abierta al océano Atlántico, que presenta altos paredones y playas salvajes, a algunas de ellas sólo se acceder por el mar. El archipiélago tiene temperaturas agradables durante todo el año. En baja temporada,
los precios de sus hoteles y posadas son más que interesantes.

Nuestra visita del fin de semana transcurrió por las costas y playas del oeste. El Hotel Ilha Flat está sobre la playa Perequé, en la mejor ubicación, a mitad de camino de la ruta que recorre la costa de norte a sur. El sábado, luego de una bienvenida con una buena caipirinha, partimos hacia el norte, al almuerzo.


Gastronomía

En la ruta gastronómica de la isla, encontramos comidas típicas brasileras, recetas locales, así como comida internacional sofisticada y con excelente servicio. Y eso lo pudimos experimentar en el almuerzo en el pequeño y acogedor Porto Yacuiba Hotel, sobre la Praia do Viana. Está atendido por sus dueños y es parte del grupo italiano de hoteles fascinantes “Charme & Relax”. En el restaurante Maitaca Gourmet nos
acompañó María Inez Ferreira, la Secretaria Municipal de Turismo y Fomento de la Prefeitura Municipal de Ilhabela, quien asumió hace poco y tiene grandes planes para promocionar su isla.

La noche del sábado disfrutamos de variedad de caipirinhas y caipiroskas de frutos exóticos en el bar terraza del Ilha Flat Hotel, con la compañía de nuestro anfitrión, Luis Maio, y de una colega de Sao Paulo; la cena de alto nivel, en el comedor principal, fue amenizada por un pianista que interpretaba música erudita, temas brasileros y hasta un par de tangos! Mas tarde, nos esperaba la invitación a
la discoteca “Creoula”, una de las mejores del litoral, de original y simple decoración.   

El almuerzo del domingo fue en un lugar fuera de serie: el “All Mirante” en la costa sur de la isla, donde la naturaleza, la gastronomía y el buen gusto conviven en armonía. Ubicado sobre un alcantilado, donde finaliza la ruta asfaltada, tiene vistas impactantes sobre el océano Atlántico. Su diseño y decoración son una sabia
mezcla de rusticidad y elegancia. Su culinaria es reconocida no sólo en la Isla sino en Sao Paulo.

La cena de despedida se celebró con la compañía de Adriana Vasconcellos, de la Secretaría de Turismo y de Sérgio Jorge do Vale, director de Modernización Administrativa de Ilhabela,así como de dos representantes de Receptivos Brasil en la Isla: Eleuza Gomes y Eduardo Spiaut, y de nuestro fuia y chofer el insuperable
Julio. Fue en el restaurante del Hotel Itapemar, un 5 estrellas que pudimos conocer al día siguiente en todo su esplendor. La gastronomía que ofrece es mediterránea y “Caiçara”, donde los sabores locales se mezclan con los del viejo mundo.

Durante todo el año, en varios restaurantes de la isla, se realizan festivales gastronómicos, con la presencia de famosos chefs. El de agosto es el más renombrado.

Hay mucho más… pero será para mañana o pasado.

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