Allá por abril de 1932 nacía en la capital española Miguel de la Quadra Salcedo. A los pocos años de edad su familia decidió trasladarse a Navarra, donde Miguel inició sus estudios parar llegar luego a la universidad y obtener el título de Perito Agrícola. Desde que era muy pequeño, De la Quadra Salcedo demostró poseer grandes destrezas para los deportes, lo que le posibilitó triunfar aún siendo niño tanto en competiciones escolares como en aquellas que captaban a Miguel por fuera de la escuela.
Fue en 1960 cuando participó de los Juegos Olímpicos de Roma, oportunidad en la que pudo demostrar públicamente al menos una de sus habilidades: lanzamiento de disco. En esta disciplina siguió destacándose por lo que también fue premiado en Melbourne. Otra de sus cualidades deportivas quedó demostrada en el lanzamiento de jabalina al obtener 112 metros, hazaña por la que batió un nuevo récord; sin embargo fue descalificado por el jurado tras considerarse que no había sido un lanzamiento que acatara las reglas del juego.
En la ruta
Los años que sucedieron trajeron novedades para la vida de De La Quadra Salcedo; entre ellos, la propuesta de un trabajo en la selva Amazónica le permitió acercarse a un mundo peligroso y seductor que lo fascinó al instante. Para ese entonces realizaba tareas de etnobotánica en dependencia del Gobierno de la República de Colombia. El trabajo propuesto consistió en tres años de exploración del Amazonas y en un intenso contacto con las culturas que pueblas sus orillas.
Esta experiencia le abrió nuevas puertas laborales en su propio país. Al poco tiempo recibió un ofrecimiento para trabajar como periodista para un canal de la TV española. Sin embargo, no todas las consecuencias fueron positivas, de hecho este puesto le valió muchos recuerdos intensamente desagradables y hasta trágicos. Enviado como reportero especial en la guerra del Congo, fue testigo de un fusilamiento masivo que la TV española transmitió para el mundo entero. Pero en el Congo también pudo verse la cinta, firmando instantáneamente una sentencia de muerte para el periodista español. De todos modos, la suerte estaría de su lado y pudo evadir ileso la condena.
Periodismo de acción
Su carrera como periodista estuvo signada por las valiosas oportunidades de entrevistar a destacados actores de la historia del siglo XX; entre ellos y sólo por nombrar a algunos, los chilenos Salvador Allende y Pablo Neruda. Gracias a este invaluable material se hizo merecedor de distintos galardones: Periodismo Pueblo, por Tres años en el Amazonas; Premio Nacional de Televisión, por Managua y el Terremoto; Premio Nacional de Televisión, por Caamaño y los marines en Santo Domingo (1965); Premio Internacional de la Crítica de Televisión en Cannes, por La muerte de Che Guevara (1967); y el Premio Internacional de Televisión en Montecarlo, por La larga marcha de los eritreos. De la Quadra Salcedo sostiene que buscaba mediante estas entrevistas lograr aunque más no fuera un acercamiento de sus coterráneos con la realidad latinoamericana.
Para 1965, el gran viaje por Asia deparó numerosas e intensas experiencias a su vida; entre ellas, su casamiento en Tokyo con Marisol Azurmendi.
Sin embargo, sólo hacia mitades de la década del 80 y llevado por un deseo propio montó al aire un programa televisivo llamado Aventura 92. Actualmente recibe el nombre de Ruta Quetzal y basa su existencia en los proyectos de intercambio cultural de niños y adolescentes de América Latina y España. El objetivo es que capitalicen, desde la vivencia, un conocimiento más acabado de historia y geografía. Además se los instruye para que cuiden el medio ambiente y luchen por un desarrollo sustentable. En síntesis, la labor de este programa se centra en la formación de futuros adultos comprometidos con la realidad ambiental del planeta. Por esta razón, el proyecto fue declarado de Interés Universal por la UNESCO y gracias a él, De la Quadra se hizo merecedor de otro importante galardón, el Outward Bound 2001, que premió su interés por una pedagogía empirista.
Atento a la realidad
Hombre de grandes compromisos y sobre todo, dispuesto a asumir riesgos es pos de un trabajo que se propone la denuncia como base del cambio, no pudo pasar por alto la indiferencia ligada a la ignorancia que algunos estudiantes de su país demostraban tener para con las realidades de los países latinoamericanos. El deseo de modificar las conciencias de algunos futuros adultos europeos lo llevó a la concreción del proyecto de intercambio.
Con el fin de llevar adelante este programa buscó y se encontró el patrocinio del grupo BBVA que actualmente sustenta gran parte de las becas con las que se financian los viajes de los afortunados jóvenes. Otro dato interesante es que las experiencias etnográficas, vivenciadas por el grupo de estudiantes, han quedado plasmadas en diferentes publicaciones, tanto libros como revistas. Por otra parte, como miembro de la Sociedad Geográfica de Londres, De la Quadra Salcedo también ha publicado varios artículos que gozaron de buena acogida en toda Europa.
Mítico viajero
Miguel sostiene que desde la adolescencia, el personaje con el cual se sintió identificado y que movió su imaginación hacia mundos de fantasía fue Ulises, el incansable viajero de la mítica Odisea que tantos corazones ha transformado. Ulises supo conquistar también el alma aventurera de este inquieto sujeto. En un ping-pon de respuestas, De la Quadra asegura que, de elegir un lugar para vivir sería la selva, que uno de sus aromas preferidos es el del campo vasco después de una fuerte lluvia; y a la pregunta por un deseo, responde volar, lo que no es más que la confirmación de su espíritu movedizo y sus ansias de traspasar los límites que retienen al hombre.
Compromisos
De la Quadra Salcedo fue quien además dio existencia a la Real Academia de la Televisión y las Artes en España. Desde su programa actual, también lleva adelante el fomento de la paz entre los pueblos. Dedica una sección la conmemoración de efemérides, casi siempre relacionadas con los viajeros conquistadores y su paso por el nuevo mundo, con los desastres naturales, las injusticias, el genocidio en masa de los indígenas y los tantos problemas que aquejan a los países subdesarrollados de todo el planeta.
Por otra parte, Miguel se encarga de promover el acercamiento a los saberes que tenían los antiguos pobladores del continente americano sobre la naturaleza, los estudios sobre la influencia de la luna en cuanto a los cambios climáticos y por supuesto a las consecuencias que la acción del hombre genera en el medio natural.
Los niños que viajan a las tierras americanas tienen la suerte de navegar en las antiguas embarcaciones de los pobladores originarios y vivir en carne propia los avatares de manejarse con aquellos medios de subsistencia, tan rústicos en algunos casos. Pueden también realizar expediciones a volcanes y a algunos de los centros arqueológicos de los territorios que formaron parte del Imperio Inca.
El mismo Miguel de la Quadra Salcedo afirma que para él es un gran orgullo que los niños que iniciaron estos ciclos televisivos, allá por 1979, sean hoy profesionales concientes verdaderamente útiles para las sociedades actuales. Sin duda, esa experiencia los ha marcado de por vida.
Los niños elegidos son los estudiantes destacados de sus países y para llegar a esta experiencia deben cubrir algunos requisitos que los ministerios de educación de sus naciones natales y la Embajada Española correspondiente de cada país, solicitan para participar.
Ahora y siempre
Los años han pasado y Miguel de la Quadra Salcedo ha logrado una fama que bien merece. Un espíritu inconformista que no sólo funciona como motor de sus propias emprendimientos sino que cumple un papel fundamental para la concientización de muchos hombres y mujeres que a su vez operan como multiplicadores de conciencia. Un hombre que lucha continuamente contra tantas ideas individualistas de hoy en día y que, desde las más fervientes convicciones de pacifistas ha demostrado que aún es posible cambiar las cosas y que sólo basta con disponer de un espíritu emprendedor. ¡Otro viajero más que demuestra la importancia de estar vivos!