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Jueves, 10 Enero 2008 20:53

Una estadía en el Polonio produce un estado de ánimo especial

 10 ENE 08 PDU
Hasta hace pocos años sólo se podía llegar a él en carro de caballo, o caminando por las inmensas dunas durante tres horas.
 El Cabo Polonio es una punta rocosa que se erige a 15 metros del nivel del océano, con dos islas enfrente -islas de Torres- donde habita una de las reserva de lobos marinos más importantes del mundo. Está separado de la franja costera por unas dunas de arena móviles declaradas monumento natural. Durante mucho tiempo el Polonio permaneció completamente aislado, con su hermoso faro solitario entre las masas rocosas.

En 1914, el gobierno instaló allí una planta de explotación lobera, y a partir de ahí comenzó a surgir una pequeña aldea de pescadores vinculados a la faena de los lobos y a la pesca. Varias décadas más tarde, algunos jóvenes apasionados por la naturaleza comenzaron a descubrir aquel pobladito remoto que se encontraba detrás de las dunas, después del pueblo de pescadores de Valizas. En los años 80 proliferaron las pequeñas y rústicas construcciones de veraneo y los turistas fueron cada vez más numerosos. Fue precisamente la popularización del Polonio la que puso en riesgo sus valiosos ecosistemas y su hermoso paisaje. Hoy está detenida la construcción ilegal y se prohíbe el tránsito de vehículos motorizados por la arena. Asimismo se ha detenido la forestación cercana de pinos que estaba afectando a las dunas.

Las dunas forman un paisaje exclusivo, desarrollándose en la costa del litoral atlántico. Las del Polonio, han sido declaradas monumento natural, ya que alcanzan hasta 30 metros de altura, dando lugar a un paisaje único y de gran belleza. Para llegar al Cabo Polonio es posible tomar un carro de caballos desde la ruta 10, o atravesar el arroyo Valizas en barca y luego caminar. Una vez en el pueblo es posible alquilar una casita u hospedarse en hotelitos frente a la playa mansa, donde también se han establecido pequeños restaurantes que ofrecen frutos del mar. La gran playa Sur ofrece sol, aguas seguras, y una vista excepcional. Por las noches hay cabañas que funcionan como una suerte de boliches y pubs donde beber, escuchar música y hacerse amigos. Se dice que la estadía en el Polonio produce un estado de ánimo especial.

fuente: destinorocha.com