El Gran Caribe comprende México, América Central, Venezuela, Colombia, las Guayanas y las Antillas, pero no las posesiones británicas, ni Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses, debido al rechazo de Washington a compartir una asociación regional donde participe Cuba.
En la AEC participan de pleno derecho 25 estados soberanos, y hay tres miembros asociados: Aruba y Antillas Neerlandesas, bajo soberanía de Holanda, y Francia, por sus departamentos de ultramar Guadalupe, Martinica y la Guayana Francesa.
Los mandatarios adoptaron la Declaración de Margarita, de 44 puntos, y un plan de acción sobre cinco aspectos clave para su proyecto de constituirse en una región con actuación vigorosa y perfil propio: turismo, comercio, transporte, desastres naturales y fortalecimiento de la cooperación.
Al turismo se le asignó la prioridad, pues "es la entrada individual de divisas más grande en 16 de los 28 países de la región", recordó en la cita el jamaiquino Norman Girvan, secretario general de la AEC, con sede en Puerto España.
Los gobernantes firmaron entonces un convenio que establece la región como zona de turismo sustentable, y pidieron reconocimiento internacional para el mar Caribe y sus costas como área especial para la actividad turística bajo el signo de la sustentabilidad.
En la declaración destacaron "la importancia del desarrollo alternativo y su sustentabilidad, para el logro de alternativas socioeconómicas lícitas y de oportunidades de generación de ingresos, mejoramiento de la calidad de vida, protección del ambiente y fomento de los valores culturales".
El plan de acción se compromete con el convenio de la nueva zona --la primera de su tipo en el mundo, destacó Girvan--, en establecer mecanismos para certificar los destinos cumpliendo con el criterio de turismo sustentable.
Se trata de un triunfo de Costa Rica (cuyo presidente Miguel Angel Rodríguez fue el único jefe de Estado centroamericano presente en la cita), primer país de la región que estableció la certificación de turismo sustentable como un mecanismo de aval para hoteles, empresas y plazas turísticas.
El mecanismo, que certifica los destinos sólo si cumplen determinados parámetros de sustentabilidad, se extendió a otras naciones de América Central y ahora el Gran Caribe lo ha hecho suyo, en un esfuerzo por atraer turistas hacia su oferta de encantos naturales y culturales.
Girvan habló de drásticas caídas en el ingreso regional como consecuencia del menor flujo de turistas en el mundo tras los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos. En apenas unos días tras esa fecha, aerolíneas mexicanas y Air Jamaica perdieron 16 millones de dólares.
De ese modo, la condena del terrorismo "en todas sus formas y manifestaciones", y el compromiso de combatirlo, expresiones incluidas en la Declaración, no sólo atienden a los criterios morales y políticos de los gobernantes caribeños, sino a la vulnerabilidad de sus territorios, establecimientos y medios de transporte.
El segundo aspecto, el comercio, es visto como un factor que a su vez apuntala el turismo y la inversión en la región, y la declaración llamó a coordinar las posiciones de sus miembros en los distintos foros económicos internacionales.
A Estados Unidos se dirige 80 por ciento de las exportaciones de México, 88 por ciento de las dominicanas, 46 por ciento de las de la Comunidad del Caribe anglohablante (Caricom), y la mitad de las de América Central, Colombia y Venezuela.
Giovanni Reyes, consultor del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), observó que afirmar los lazos comerciales en la región incrementará su peso y presencia entre el Mercado Común del Sur y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, los dos polos del actual proceso de integración comercial en el hemisferio.
Los mandatarios congregados en Margarita además subrayaron "nuestro compromiso con un sistema internacional de comercio basado en reglas que propicien el trato especial y diferenciado a favor de los países en desarrollo", con énfasis en preferencias para las economías más pequeñas.
El transporte fue destacado por el primer ministro de Barbados, Owen Arthur, quien habló del "purgatorio" que significa para los caribeños desplazarse entre una y otra plaza de su región, por contraste con la relativa facilidad con que pueden viajar a Nueva York o Londres, por ejemplo.
El plan de acción de Margarita contempla propuestas para incentivar la actividad de transporte aéreo y marítimo, y apenas instaló el evento el presidente Hugo Chávez ofreció un avión y un buque logístico de la Armada de Venezuela para que inicien labores empresas de esos ramos.
El Gran Caribe también fue definido como "zona de cooperación" entre los estados ribereños de ese mar, y sobre esa base se subrayaron acuerdos de apoyo para fortalecer los programas de prevención de desastres naturales y otros puntuales de cooperación técnica.
En el marco de la cumbre, Venezuela --socia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo-- firmó un convenio con el Fondo de Desarrollo de esa organización para facilitar el flujo de créditos, en términos de cooperación, hacia proyectos de desarrollo en pequeños países del área caribeña.
La cumbre se instaló al día siguiente de que en Venezuela se cumpliese un paro general de empresarios y trabajadores, que paralizó cuatro quintas partes del país para exigir al presidente Chávez un giro en sus planes de reformas económicas, criticadas como perjudiciales para la economía privada. Chávez, al contrario, aseguró que pondrá más firmeza en sus planes de reforma agraria y de beneficio a la pesca artesanal, y aprovechó la cumbre para ventilar su posición de que los países latinoamericanos y caribeños deben decir "no" a la propuesta Area de Libre Comercio de las Américas.
Por José Zambrano
Fuente: Tierramerica Net