Los grupos de capital de riesgo y compañías inmobiliarias que han dominado el mercado durante la última década padecen ahora serios problemas para obtener financiación y hacer frente a las consecuencias de la falta de crédito.
El mercado está abriéndose a compradores más conservadores que previamente se veían obligados a abandonar, ante las agresivas estrategias de inversión que adoptaban algunos inversores, dispuestos a adquirir activos con mucha deuda respecto al valor real del inmueble.
Por otro lado, muchos promotores también han visto reducida su participación, debido a que la futura demanda de construcción hotelera se ha vuelto más incierta, viéndose obligados a centrarse en la gestión de sus existentes carteras.
Respecto al segundo semestre del año, las previsiones apuntan a que será similar al primero, marcando una notoria escasa actividad.
Redacción Portal del Uruguay
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