Ningún acuerdo sobre transporte aéreo en toda la historia ha comprendido tanto tráfico como este, nada menos que el 60% del tráfico mundial. Además, la potencialidad del mismo, creará condiciones tales que multiplicará el tráfico en el Atlántico Norte, también sin precedentes de especie alguna.

Este acuerdo cuyo texto se había acordado e inicialado el pasado 2 de marzo luego de 4 años y 11 rondas de negociaciones, abre los mercados transatlánticos a una mayor competitividad a partir del próximo año y reduce algunas y elimina otras de las barreras restrictivas establecidas durante la “era de la regulación” aeronáutica desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en adelante.

De esta forma, la telaraña de bilaterales entre los países comunitarios y Estados Unidos será sustituida por un único gran acuerdo y de aquellos viejos acuerdos solamente sobrevivirán tres (Dinamarca, Francia y Reino Unido) en lo que sean aplicables a sus territorios de ultramar no comprendidos en el derecho comunitario.

La iniciativa permitirá a las aerolíneas europeas volar desde cualquiera de los 27 países de la Unión Europea a cualquier punto de Estados Unidos y viceversa, sin restricciones de capacidad, frecuencias, tipo de avión y con un sistema de libertad tarifaria.

Desde la 1ª a la 6ª libertades del aire, aparecen irrestrictas, pero además se pactan dos situaciones de 7ª libertad. Primero, la 7ª libertad de carga irrestricta para las aerolíneas comunitarias, mientras que las aerolíneas de Estados Unidos mantendrán derechos de 7ª libertad en vuelos cargueros puros Alemania, Eslovaquia, Francia, Luxemburgo, Malta, Polonia, Portugal y República Checa.

Además, las aerolíneas comunitarias tendrán derechos de efectuar en régimen de 7ª libertad servicios de pasajeros entre cualquier punto en los Estados Unidos y los países de la Zona Europea Común de Aviación (ZECA) que no son comunitarios (Albania, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Islandia, Macedonia, Montenegro, Noruega, Serbia y la Misión de Administación de las Naciones Unidas en Kosovo).

Asimismo se flexibilizan las posibilidades de inversión europea en la propiedad de las aerolíneas estadounidenses, que podrá llegar al 49,9% del capital total siempre que no supere el 25% manos extranjeras el que tenga derecho a voto. Incluso se prevé que la participación de capital comunitario en las aerolíneas de Estados Unidos pueda superar el 50% del capital total y que ello no será presunción de “control extranjero”, sino que se analizará caso a caso por las autoridades estadounidenses.

Por otro lado, se reconoce el "derecho de establecimiento" dentro de la Comunidad Europea para las aerolíneas comunitarias, o sea el régimen de “propiedad comunitaria” en lugar de la restrictiva propiedad nacional que había sido declarada contraria al Tratado constitutivo de la Comunidad Europea por el Tribunal de Justicia de la misma en 2002.

Rice afirmó durante la ceremonia de firma, en la Sala de Tratados del Departamento de Estado, que el acuerdo es "un logro extraordinario", que representa "un primer paso" para regularizar los acuerdos de transporte aéreo entre Europa y EE.UU.". Por su parte, la Secretaria de Transporte Mary Peters, dijo que el Acuerdo "ya ha generado mucha anticipación y expectativas en todo el mundo" y recordó que varias líneas aéreas ya han expresado su intención de expandir sus servicios.

De la otra parte, el Vicepresidente de la Comisión Europea, Jacques Barrot expresó que "El sector de aerolíneas europeo ya está sintiendo los efectos de forma positiva, con planes para nuevos servicios y señales de un enfoque mucho más flexible y dinámico con respecto a las inversiones".

Futuros Hitos

El pacto entrará en vigencia provisional el 30 de marzo de 2008, seis meses después de la fecha originalmente prevista por exigencias del Reino Unido, que pretendía una moratoria exclusiva para el aeropuerto londinense de Heathrow que finalmente se extenderá a todos los estados.

Se prevé, además que sesenta días después, en junio de 2008, comenzará la segunda ronda de negociaciones. En ella la Comunidad Europea buscará profundizar las posibilidades de participación de sus nacionales en la propiedad de las estaedounidenses y  dar pasos hacia la "liberalización total" del mercado aerocomercial.

Otra de las futuras fechas clave será 2010, cuando se revisarán sus resultados y, los Estados Miembros de la Comunidad Europea, si  no lo encuentran satisfactorio, podrán algunos elementos del mismo.

Efectos esperados

Las autoridades de ambas partes esperan que bajen los precios de los pasajes aéreos, que se creen nuevos  80.000  empleos, beneficios económicos de hasta 12.000 millones de euros, y un aumento del tráfico de pasajeros sobre el Atlántico de un 50 %  en cinco años, hasta los 76 millones de pasajeros.

También se buscará tener medidas de seguridad similares para los pasajeros, por lo que no habrá que duplicar los controles en el país de origen y en el de destino.

Según recordó Barrot en la ceremonia de firma, "necesitamos proteger a nuestros ciudadanos a la hora de volar, pero no debemos hacer su viaje insoportable con medidas de seguridad no coordinadas".

Se hará camino al andar

El futuro dirá si los partidarios del acuerdo tienen razón o si los principales detractores del mismo, las aerolíneas británicas, estaban en lo cierto.

Pero sin duda, no ha habido hasta el momento un acuerdo de transporte aéreo tan grande como el firmado.