por Gastón Pérgola
Emulando a los principales festivales de la alta gastronomía mundial,
Uruguay prepara su propia versión con el Food & Wine Festival en
Punta del Este, financiado por capitales privados.
Hace un buen tiempo que Gabriel Bialystocki -ávido gourmet uruguayo, consultor en marketing gastronómico y periodista freelance en la categoría "food & travel"- recorre los principales festivales de gastronomía mundial como Aspen Food & Wine Classic, el South Beach Wine and Food Festival de Miami y siempre se preguntó lo mismo: por qué no hacerlo en Uruguay.
Es así que hace un año y medio viene preparando junto a su socio Álvaro Kemper, director de la productora Neozink, el Food & Wine Festival 2010 de Punta del Este, que se desarrollará del 18 al 21 de marzo en distintas locaciones del balneario, y que pretende impulsar el ingreso de Uruguay al circuito de eventos de alta gastronomía internacional.
Durante estos cuatro días más de 20 chefs y sommeliers de renombre internacional serán invitados para ofrecer sus "creaciones culinarias"en base a ingredientes locales. Lugares como Solanas y Lapataia (ya confirmados), Finca Narbona, Las Cumbres, el Mantra, Casapueblo El Torreón y Pueblo Garzón, completarán el circuito gastronómico del evento.
Los norteamericanos Floyd Cardoz y Ben Ford, los argentinos Hubert O`Farrell, Fernando Trocca y Francis Mallmann, la brasileña Carla Pernambuco y el uruguayo Gastón Yelicich, son algunos de los más de 20 chef confirmados para el evento.
A su vez, serán invitados más de 30 periodistas de medios internacionales, desde Food & Wine Magazine, Gourmet Magazine, GQ Magazine, Wine Spectator y el New York Times, hasta las regionales Prazeres da Mesa, diario Folha do Sao Paulo de Brasil, ElGourmet de Argentina y las revistas Mosto e In de Chile.
Para el productor del evento, Álvaro Kemper, esto representará una vidriera para posicionar a Punta del Este como destino turístico de alta gastronomía, además de promocionar a los mejores productos y vinos del país.
El principal público objetivo del evento son los llamados "foodies" (amantes de la buena comida y bebida), hombres y mujeres mayores de 35 años, viajeros habituales de alto nivel socio-económico, decididamente cosmopolitas y líderes de opinión en la materia.
En otro orden también se buscará atraer a los consumidores locales que gustan de la buena comida y por diferentes motivos no pueden concurrir a eventos internacionales. "En una plaza como la uruguaya, que gastronómicamente no presenta mucha variedad, es una oportunidad única", asegura Gabriel Bialystocki.
Para saborear
El festival se compone de doce eventos de almuerzos y cenas en distintas locaciones que van desde Punta Ballena a José Ignacio y también llegarán a los feudos de Mallmann en Pueblo Garzón. La recepción inicial tendrá más de 20 estaciones de chefs, mientras los almuerzos y cenas del fin de semana serán de seis pasos cada uno y maridado con uno o dos vinos. Se estima que asistan al evento unas 1.500 personas, entre "foodies" de distintas partes del mundo, consumidores locales, turistas, chefs y periodistas especializados. Así se pondrá a la venta un total de 4.000 tickets, a un precio de US$ 100 cada uno (salvo el evento inicial y final que será de US$ 50).
En total, el paseo gastronómico completo ronda los US$ 500. Según el director del festival, se trata de un precio accesible en comparación con los demás festivales internacionales. "En el imaginario de los foodies extranjeros Sudamérica es barato; por tanto, tenemos que ser baratos", puntualizó Bialystocki. En el cierre del festival los mejores asadores de Uruguay, Argentina y Brasil harán "su arte" con las mejores carnes uruguayas.
"Lo divertido de todo esto es que los chef internacionales cocinen y preparen sus platos con ingredientes locales. Que con un cordero típico uruguayo inventen algo. Parte del objetivo es que después estos chef incorporen en sus restaurantes de San Pablo, Buenos Aires o Miami estos productos", explica Gabriel Bialystocki.
Precisamente en estos días se ultiman detalles en el armado de la lista de ingredientes locales que se enviará a los chef para que estos propongan una serie de entradas, platos y postres. Para el caso de la carne, que es el producto estrella, se enviará a cada chef información audiovisual con los distintos cortes tradicionales, y hasta se evalúa el envío de muestras físicas. Además de la carne, quesos, vinos, arándanos, y aceite de oliva, entre otros, integrarán la lista una cantidad de alimentos orgánicos, a pedido insistente de los chef participantes.
Para el director y fundador del festival la intención es lograr la continudidad del evento en el país y asegura no le preocupa que en este primer año los números "solo den para empatar". Convencido de que Uruguay no existe en el mapa como destino gastronómico y que las comidas se remiten al asado, la pizza y el chivito, Bialystocki pretende que esto al menos sea una contribución "para empezar a hablar" de una cocina uruguaya.
Fuente: El Empresario - El País Digital