Hace más de 30 años, Antonio Torrejón, al frente de Turismo de la
Nación recibió a fin de año doscientos regalos que decidió sortear
entre su personal, comenzando de esta manera con una práctica que se
hizo costumbre. Los últimos dieciseis años pasaron sin que nadie tomara
a mal que la Secretaría de Turismo de la Nación solicite a distintas
empresas premios para sortear entre todos sus empleados en la fiesta
anual del organismo.
Se entiende?Para sus empleados, no para sus funcionarios . Lo cierto es que causó sorpresa en el sector turístico, y rescatamos una jugosa nota de tapa de El Mensajero Periódico Turístico sobre un artículo del diario La Nación que asocia esta histórica modalidad con un delito estipulado en el Código Penal.
El periódico turístico titula este lunes como nota de tapa Que la inocencia les valga (ver artículo completo más abajo), haciendo un análisis y recabando opiniones de distintos actores relacionados con la actividad sobre el cuestionamiento/ denuncia del diario La Nación sobre los premios que solicita la SECTUR a empresas para sortear entre su personal en la fiesta de fin de año del organismo.
Turismo 530 consultó al máximo referente de la actividad turística, Antonio Torrejón, cuyo prestigio e idoneidad nadie puede poner en duda y nos dijo algo por demás interesante: en 1976 estando al frente de Turismo de la Nación, recibí ese año unos doscientos regalos que decidí sortear entre mis 93 empleados, debido al éxito y entusiasmo de los mismos, en 1977 fueron ellos mismos quienes se encargaron de hacer saber a las compañías que los regalos no se los llevaba la dirección sino que eran sorteados entre ellos y la cantidad de obsequios se incrementó en casi el doble-comentó.
Torrejón, hombre de gran capacidad y de ininterrumpida trayectoria desde 1964, quien fue convocado para ocupar ese cargo en 1976 por pedido del sector privado, recordó además que otros funcionarios copiaron su modalidad y que los empleados cada vez se ocupaban más en dar a conocer esta iniciativa noble y justa. Hoy que se habla tanto de equidad y de compartir, esta idea nació hace más de treinta años con un objetivo de grandeza sin pretender alterar buenas costumbres sino todo lo contrario.
Dijo además que con el correr de los años se hizo un buen hábito y que las solicitudes de esos regalos nunca se hicieron con un fin lucrativo sino solidario con los trabajadoresy agregó que creo que fue en la gestión de Mayorga cuando esta modalidad se instaló oficial y definitivamente-completó.
El pedido de colaboración dice Como todos los años, estamos organizando el sorteo de fin de año para el personal de la Secretaría de Turismo de la Nación, quienes, con su cotidiano esfuerzo, coadyuvan al logro de los objetivos propuestos. Motivo por el cual nos gustaría poder contar con su contribución, mediante un premio para ser sorteado entre todos los presentes. Su empresa o institución será mencionada durante el transcurso del evento.
Desde hace cuatro años Turismo 530 recibe esta nota, enviada por Protocolo y firmada por el director Nacional de Promoción Turística, Hugo Sartor; los últimos dos años colaboramos con dos estadías en un lujoso resort ubicado a pocos kilómetros de Buenos Aires, pero en ningún momento dimos los vouchers en blanco, el ganador debía comunicarse con nosotros. Los mismos fueron entregados en mano a dos empleados de planta que se hicieron acreedores del premio.
Cabe destacar que nunca hubo presiones a nuestro medio para obtener los premios, ni siquiera llamados telefónicos; solo la nota a través de un mail. Y en las dos ocasiones que no regalamos nada, no hubo ningún cuestionamiento posterior por parte de ningún integrante del organismo que conduce Enrique Meyer.
Que la inocencia les valga, titula El Mensajero
Desde hace más de 15 años la Sectur envía una carta a distintas compañías solicitando contribuciones para sortear entre sus empleados. Inesperadamente, el diario La Nación relacionó esta práctica con un delito estipulado en el Código Penal. Gestiones anteriores y empresarios opinan sobre las motivaciones reales de una nota que causó sorpresa en todo el sector, dice el periódito turístico.
Un artículo del diario La Nación, que incluso ocupó un espacio en su tapa, generó sorpresa al transformar en noticia una carta que la Sectur envía desde hace 16 años a varios empresarios. Los dirigentes del sector intentan encontrar las motivaciones de un ataque a la gestión de Suipacha 1111.
La tapa del diario La Nación del sábado 19 de diciembre sorprendió a propios y extraños. Como suele suceder, el turismo llega a la primera plana de los matutinos por razones encontradas que demuestran la dispar atención que los medios nacionales le dan a la industria: o llegan pocos turistas, o los precios aumentaron, o los conflictos en las líneas aéreas dejan pasajeros varados o una carta que lleva 16 años pero parece resaltar hoy con el adjetivo insólito.
Una historia de 16 años
La noticia que llegó a la tapa de La Nación se basa en una serie de cartas que la Secretaría de Turismo envía todos los años a varias empresas: Como todos los años, estamos organizando el sorteo de fin de año para el personal de la Secretaría de Turismo de la Nación, quienes, con su cotidiano esfuerzo, coadyuvan al logro de los objetivos propuestos reza la esquela y continúa: Motivo por el cual nos gustaría poder contar con su contribución, mediante un premio para ser sorteado entre todos los presentes. Su empresa o institución será mencionada durante el transcurso del evento. Así, la nota firmada por Francisco Olivera en el diario mencionado, relaciona este pedido con un artículo del Código Penal enrareciendo el ambiente y destacando como noticia algo que lleva 16 años de historia. En ese sentido es que comenzaron a sobrevolar las suspicacias y las lecturas que intentan responderse una pregunta central que todo lector de La Nación, medianamente relacionado con el sector debe hacerse: ¿a qué viene este ataque a la gestión de Enrique Meyer?
La opinión de los privados
Hay cosas que se derivan innecesariamente en cuestiones políticas. No tienen otra connotación. El que mira este tipo de cosas con otro objetivo para sacar provecho está equivocando el enfoque, yo no lo veo de esa manera explicó en diálogo con Mensajero Oscar Ghezzi, presidente de FEHGRA, quien además confirmó: No estoy al tanto de la existencia de esta carta, a nosotros no nos ha llegado. Sí tengo presente la fiesta de Fin de Año, pero desde que yo estoy en esta actividad no me lo han pedido nunca sino que directamente -como en muchas otras cosas- nosotros acompañamos. Estoy totalmente de acuerdo con este tipo de iniciativas. Si hay una reunión de alguna asociación y nos piden alguna colaboración para sorteos, lo hacemos sin ningún problema; realmente no forma parte de ninguna cosa rara.
En ese sentido también se expresó Juan Mirenna, presidente de la Cámara Argentina de Turismo al ser consultado por este medio sobre ese tema: Esa reunión de fin de año se realiza desde hace mucho tiempo, desde los 90.
El sector siempre colabora, pero esto no llevaba implícito, de ninguna manera, coacción ni presión alguna. Esto tiene que quedar bien claro, para evitar que se haga un drama de esta situación. Las empresas que querían participar lo hacían, y el que no, se abstenía sin ningún problema.
Y en cuanto a las razones de la nota Mirenna comentó: No se a qué se debe a que este tema haya sido tratado como si fuera algo de vida o muerte. Los empresarios del sector lo vemos simplemente como una forma de participar con una cosa a elección para hacer un sorteo entre el personal de la Secretaría. Creo que se le ha dado al tema una trascendencia política, que cada uno sabrá por qué se hace. Desde nuestro punto de vista, jamás nos hemos sentido coaccionados, sino todo lo contrario.
Por último, consultado acerca de la opinión que le merece el desempeño de la cartera que encabeza Enrique Meyer, el dirigente fue categórico: sin ninguna duda, estamos conformes con esta gestión de la Sectur.
Por su parte, el presidente de la AHT, Guillermo Lavallén, confirmó que no es algo fuera de lo normal: Que lo hacen todos los años, es cierto. A nosotros nos llega siempre. En todas las empresas siempre se hace un sorteo .
En gestiones anteriores
En diálogo con Mensajero, Enrique Capozzolo, ex funcionario de la Secretaría de Turismo de la Nación durante la gestión de Francisco Paco Mayorga en la década del 90, comentó: Recuerdo que para Fin de Año las asociaciones solían hacer donaciones para sortear entre los empleados. Pero eso no te generaba un compromiso. No me parece algo grave. En cuanto al intento de encuadrar esta práctica dentro de la ilegalidad, Capozzolo expresó que hay que hilar muy fino para pensar que es un delito. Me llamó mucho la atención cuando vi esa nota en tono de denuncia, comentó y agregó que podría haber algún interés político detrás de esta situación.
Cuando yo estaba en la Sectur no se armaba este tipo de controversias. Incluso esta práctica se realizaba desde hacía años. Me parece que hay cosas bastante más serias de las cuales ocuparse.
Consultado acerca de cómo se procedía durante su gestión, Germán Pérez, Secretario de Turismo y Deporte de la Nación durante 2003, explicó que, aunque no estaba al frente de la cartera en las fiestas de fin de año, era consciente de esta costumbre: se trata de una atención totalmente voluntaria que hace el que quiere. Como empresario, tuve la oportunidad de participar, y no lo veo como algo malo, declaró Pérez.Cuando me enteré del artículo, me llamó la atención que ahora se metieran con un sector al que generalmente prestan poca atención, agregó el ex funcionario. Respecto de su opinión acerca del desempeño de la actual gestión de la Sectur, Pérez expresó: estoy muy conforme con el trabajo que se está haciendo. Los avances en materia de capacitación, promoción y la llegada del Dakar, son notables. La prolongación en el tiempo del equipo de Enrique Meyer le ha permitido hacer una tarea seria y planificada, concluyó el ex Secretario de Turismo y Deporte.
Lo que dice el código
El artículo del diario La Nación busca relacionar esta carta con un delito tipificado por el Código Penal como es el de pedido de dádivas por parte de funcionarios públicos pero como consecuencia de una acción específica de la función que se desarrolla o de algún otro tipo de acción, es decir, a cambio de algo. La Ley Orgánica 10/1995, en su título XIX, Delitos contra la Administración Pública, en su Capítulo V Del Cohecho, Artículo 426, establece que: La autoridad o funcionario público que admitiere dádiva o regalo que le fueren ofrecidos en consideración a su función o para la consecución de un acto no prohibido legalmente, incurrirá en la pena de multa de tres a seis meses.
fuente: Turismo 530