Las dudas acerca de cómo fue concretado el negocio todavía persisten entre los más interesados. Se habla de que el gobierno tuvo que poner unos cuantos millones de dólares más a los previstos en las conversaciones iniciales con el consorcio privado. Los tiempos de concreción del negocio se habían agotado ya una vez y, el gobierno no quería darle largas al asunto. Había que sacarse a PLUNA de encima. La empresa aérea estatal daba pérdidas que se contaban por cientos de miles de dólares y, hasta de millones, al cierre de cada mes. Por aquello de "la herencia maldita o por el motivo que fuera, el gobierno hizo lo que cree más correcto para las actuales circunstancias. La coyuntura referida a cómo fue que se dio la negociación y, todos los anuncios oficiales acerca del tema, no permitían una marcha atrás. Había que salvar el buen nombre del ministro de transporte, Víctor Rossi y, fundamentalmente, el del ministro de economía, Danilo Astori. Habían prometido la solución definitiva a tantas idas y vueltas respecto del destino de la línea aérea de bandera nacional. Y dieron la solución, por ahora, aunque, hubo que poner varios millones de dólares para que el negocio pudiera concretarse. El gobierno justifica esta acción con el argumento de que más vale poner ahora algunos pesos más, en vez de tener que salvar las pérdidas un mes tras otro. Las clases más populares del país se cuestionan cómo un gobierno de izquierda puede salvar un negocio de "ricos" y postergar las necesidades más urgentes de sectores "olvidados de la sociedad toda. Y pensando un poco a la ligera, se les puede dar la razón, en primera instancia, a quienes piensan así. Razonando con un poco más de detenimiento, bien sabemos que, a mediano y largo plazo, se trata de una empresa que directamente y, también de manera indirecta, genera la posibilidad de puestos de trabajo para cientos y miles de personas vinculados al transporte aéreo. Uno de los puntos medulares a partir de este momento en la relación entre los representantes del consorcio privado, el gobierno y los trabajadores es todo lo que tiene que ver con las relaciones laborales. De hecho, se dice que varios de los despidos realizados en las últimas horas tuvieron la firma virtual del nuevo gerenciamiento. Hay algunas dudas acerca de este procedimiento; lo que no admite cuestionamientos es el hecho de que esas ideas "virtuales", se transformaron en realidad virtual y, desde allí, el proceso se convirtió a la etapa definitiva: en una realidad, a secas. Se sabía que el consorcio estaba trabajando dentro de la empresa y, esto era condición imprescindible para la concreción del negocio. Lo que no se sabía, al menos de manera pública, era el hecho de que el consorcio privado, antes de asumir oficialmente al frente de la conducción de la empresa, podría encontrar los vericuetos legales necesarios para "pegar primero". Ante estasdecisiones adoptadas a nivel empresarial, los trabajadores se encuentran en alerta máxima. La semana que corre marcará el inicio oficial de las relaciones entre la nueva conducción de la empresa aérea y el sindicato de sus trabajadores (está convocado un encuentro tripartito con autoridades del ministerio de trabajo). Se dice que por estos días sucede en PLUNA, algo que no es distinto a lo que acontece en cualquier tipo de empresa de las más variadas actividades: cada uno se cuida su colita. Ante el nerviosismo reinante en los trabajadores, debido a las dudas que las nuevas políticas de recursos humanos generan los flamantes conductores de la aerolínea, los trabajadores dan un paso adelante y dos para atrás (si en este caso es par tomar más fuerza, no lo sabemos todavía). Un abrazo acá, una palmada allá y, tres o cuatro puñaladas a la vuelta de la esquina, puede ser moneda corriente entre los compañeros de trabajo, por estos días. Aquella lealtad a las causas de todos, acerca de la cual el movimiento sindical podía sentirse orgulloso, es cosa de otras épocas (los almanaques no solamente cambian la foto que ilustra a cada uno de los meses del calendario) .Se reciben consejos de todos lados. Algunos recomiendan tener confianza en las nuevas autoridades, aunque, haya algunas dificultades iniciales (seguro de paro, despidos, entre otras); otros, directamente, proponen el enfrentamiento con las autoridades que acaban de asumir, como forma de marcar la cancha. Los próximos días serán vitales para saber cómo será el relacionamiento de una empresa auspiciada por el gobierno y la masa de trabajadores, defendida históricamente por las fuerzas de izquierda. Brava para el gobierno y para los trabajadores. ¿Brava para el consorcio?
Turbina