que superaron las 60 protestas, generaron a la empresa una pérdida de casi 235 millones de dólares, destacaron voceros del Grupo Marsans en forma reservada.
Cómo adelantó hace poco más de un mes CÓDIGO AÉREO, el balance de 2007 de Aerolíneas Argentinas habría cerrado con un rojo cercano de 100 millones de dólares. Si se confirma este la pérdida del ejercicio y el resultado de las protestas gremiales se llegaría a al conclusión que sin las más de 60 medidas de fuerza, la empresa habría cerrado su ejercicio con ganancias.
Con una utilidad de cercana a 100 millones de dólares, Aerolíneas Argentinas podría dejar varios años de resultados negativos y neutralizar el rojo acumulado en el último año de la empresa conducida por Antonio Mata (2006), que también fue negativo por las medidas de fuerza.
Es cierto que en 2007 hubo otros problemas que dificultaron la operación de Aerolíneas Argentina y Austral (como la rotura del radar de Ezeiza o los problemas climáticos), pero las dimensiones que tomó la protesta de los gremios fue de tal envergadura que terminó por concentrar el mayor peso de las pérdidas operativas de la compañía.
Pero la noticia más inquietante que trascendió de fuentes del Grupo Marsans es que, en enero pasado, Aerolíneas Argentina habría perdido 25 millones de dólares a causa de las medidas de fuerza realizadas por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas y la gigantesca gresca que se vivió en Ezeiza.
Con los números sobre la mesa, queda en claro que uno de los pasivos de Aerolíneas Argentinas -en la actualidad- no es el aumento de combustibles, las subas salariales, las inversiones en nuevas máquinas o los incrementos de los servicios aeroportuarios en el exterior; sino, las medidas de fuerza recurrente que suelen encabezar APLA y los miembros de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) que conduce el ex subsecretario de Transporte Aerocomercial, Ricardo Cirielli.
Más allá de las internas que hay dentro del gobierno nacional sobre el futuro de Aerolíneas Argentinas, cuatro cosas son claras:
1) No se puede seguir en estado deliberativo 20 días al mes.
2) No se puede pasar a la medida de fuerza directa sin pasar por una mesa de negociación con veedores neutrales que actúen como mediadores.
3) Ninguna aerolínea del mundo vive en eterno conflicto con sus trabajadores.
4) No se puede invertir en una compañía si hay 60 medidas de fuerza en un año o se pierden 25 millones de dólares en un mes y no hay una solución a la vista.
Ante la fantasía de algunos gremialistas de que Aerolíneas Argentinas pueda ser nacionalizada, la mismísma Cristina Fernández de Kirchner ha dicho que el gobierno no quiere estatizar la empresa aérea.
Ante la fantasía de algunos funcionarios de querer cansar a los directivos del Grupo Marsans para que cedan una parte del capital accionario -o toda- de la empresa, los españoles han dejado en claro que, si tienen que devolverle a alguien Aerolíneas Argentinas es a SEPI, que se las vendió por un euro a cambio de una serie de condiciones que nunca se cumplieron.
En pocas palabras, el gobierno tiene hoy que decidir si quiere que Aerolíneas Argentinas crezca, gane plata y cubra todo el país; si va a dejarse dominar por un grupo de gremios ideologizados que se creen dueños de la empresa o enfrentar un conflicto diplomático con España por que el Grupo Marsans devuelve la compañía en medio del proceso de disolución de la SEPI.
