viajado a su país, sede además del Grupo Marsans, y no habría regresado hasta este miércoles a las oficinas de la calle Bouchard. Junto a él viajó Gonzalo Pascual que habría confirmado la noticia que circulaba en los pasillos de la compañía desde el jueves de la semana pasada. Las relaciones de Meliá - "un duro", como se lo definió cuando cruzó la cordillera desde Air Comet Chile para hacerse cargo de la ex empresa estatal argentina - no eran buenas ni con el gobierno, ni con los empleados y mucho menos con los gremios. APLA le habría dado un empujoncito hace dos semanas cuando la empresa se vio obligada a cancelar vuelos a Madrid, Roma y Barcelona, lo que generó gran repercusión en medios europeos. La expectativa ahora esta centrada en quien ocupará transitoriamente esa posición. Esta designación es clave para interpretar como siguen las negociaciones entre el Grupo Marsans, los promocionados socios argentinos y el gobierno. Es probable que en los próximos días se definan muchas cosas sobre el futuro de Aerolíneas, como es probable también que el gobierno se vea obligado a intervenir, aunque no quiera. La empresa requiere una inyección urgente de plata para seguir operando. ¿De donde saldrán los fondos? Mientras tanto la situación con los proveedores hace que la vida en la compañía sea cada vez más difícil. Que las negociaciones y la presión sean una constante. Los sueldos y el aguinaldo, para muchos con aportes oficiales, se pagarán en dos veces: ahora el sueldo anual complementario y sin fecha - hablan de 20 días - los sueldos, lo que podría desencadenar un nuevo reclamo gremial.
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