El próximo miércoles habrá una nueva asamblea entre los accionistas de Aerolíneas, en la que se podría definir la dura pulseada que mantienen desde hace cuatro meses el grupo Marsans y los representantes del Estado.
Hasta el momento, ambas partes mantienen inalterables sus posiciones de intransigencia y no aceptan negociar con la condiciones de la contraparte.
La asamblea del miércoles resulta inusual por varios motivos: el más importante es que Marsans, dueño del 94,41% de Aerolíneas, tiene pendiente la definición del balance, que arrojó una pérdida de casi US$ 30 millones.
Para seguir funcionando según establece la Ley de Sociedades, ese rojo debe ser cubierto, ya sea por el accionista principal o los minoritarios, que son el Estado (5%) y los empleados, a través del Programa de Propiedad Participada (0,59%).
Mientras Marsans exige que las dos partes elijan de común acuerdo un tasador internacional, en los pasillos de la Casa Rosada va tomando fuerza la idea de que el Estado buscaría negociar las empresas sólo por el módico precio de 1 dólar.
Como en octubre de 2001, cuando Marsans pagó a la española SEPI un dólar por las dos compañías, aunque se destaca que el grupo español luego cobró de la SEPI 758 millones de dólares, para sanear las dos empresas.
Redacción Portal del Uruguay
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