El creciente poder de los gremios de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas dentro de las respectivas empresas, así como los sospechosos retrasos que sufrieron las partidas de los vuelos en los primeros días del año hicieron que el ministro de Infraestructura, Julio de Vido, y el Secretario de Transporte, Ricardo Jaime, desempolvaran la propuesta que había acercado el Grupo Marsans en 2007 para poder hacer viables las dos empresas aéreas: la firma de una Paz Social.

La idea de un "Acta Acuerdo" (el mismo nombre del documento que facilitó el ingreso del Estado en Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas) con los gremios de las dos empresas aéreas renacionalizadas volvió a surgir ante la creciente conflictividad que se observa entre los sindicatos y de los gremios hacia la conducción oficial.

Desde fuentes cercanas al gobierno se aseguró que el acuerdo se enmarcará las discusiones salariales durante el 2009, y también otras referidas a la unificación de convenios por actividad en cuestiones adicionales al salario, tarea que se estima será ardua habida cuenta de la abierta competencia entre algunos gremios de Aerolíneas y otros de Austral. Uno de esos casos es el de los pilotos (APLA y UALA).

Tanto fue el nivel de conflictividad que se observó en las dos aerolíneas en los primeros días del año obligaron a Juan de Dios Cincunegui a volver a Buenos Aires desde Punta del Este y a Julio Alak desde Cariló por pedido directo de Julio de Vido, funcionario que lleva adelante la gestión del "Acta Acuerdo" con los gremios,

Los sindicalistas se resisten a la denominación "Paz Social" argumentando que la administración Estatal recién comienza y "hay que solucionar muchas de las distorsiones que se crearon por 18 años de inversores privados cambiando condiciones laborales".

Para calmar los ánimos, el Estado concedió adicionales en los salarios de fin de año, pero ahora agregará el incremento salarial del 19,5% acordado entre la CGT y el Gobierno para 2008, todavía pendiente en el sector. Sin embargo, será una formalidad no cumplida, porque las mejoras de ingresos de los trabajadores corrieron el año pasado por otros carriles, como pagos adicionales, a los que ahora se sumará otro 19,5 por ciento.

El acta acuerdo servirá además para empezar la discusión salarial para este año y consolidar, quizá, si los pilotos lo permiten, la unificación de convenios por actividad en cuestiones adicionales al salario. Por ejemplo, los pilotos están reclamando más de 20% de ajuste antes de mitad de año y los técnicos, una cifra levemente mayor.

El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, almorzó hace pocos dìas con varios dirigentes sindicales en un predio de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), el sindicato de los mecánicos, que conduce Ricardo Cirielli, el mismo que el gobierno trata de sacar de su gremio por una movida de corte político.

El encuentro ha generado todo tipo de sospecha dado que Ricardo Cirielli no ha sido considerado con algunos de quienes encabezaron la expropiación de Aerolíneas Argentinas, como el secretario de Transporte, Ricardo Jaime. "Jaime debería estar preso", dijo el sindicalista y ex funcionario en julio del año pasado. Pero sin APTA no hay paz social ni aviones que vuelen, y Julio de Vido lo sabe.

Si Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas van a sumar nuevos aviones a su flota o si van a introducir una nueva tecnología como los Embraer se requiere una importante preparación de los hombres de APTA y su apoyo es clave para firmar la "Paz Social" (Ricardo Cirielli nunca participó de los encuentro que realizó el Ministerio de Trabajo el año pasado por el tema. Sostenía "no tenemos nada que hablar con el gobierno").

Aumento se sueldo, unificación de gremios, peleas entre sindicatos, pujas por el tipo de aviones que ingresarán en la flota y abuso en el uso de los servicios (los asientos de las clases bussines salen atestados de familiares de punteros, gremialista y funcionarios) generan un clima que puede estallar en cualquier momento.

¿Volverán a culpar al Grupo Marsans?