El grupo inversor encabezado por el millonario Robert Bass está financiando el diseño inicial, mientras Aerion busca socios financieros e industriales para los dos billones de dólares que cuesta el desarrollo, que tendrá una duración de cinco años.
Mientras tanto, el fuselaje ha sido transformado para incrementar la altura y anchura de la cabina, y mejorar así la cabina y el diseño del parabrisas. La parte posterior del fuselaje se ha estrechado para reducir la resistencia aerodinámica y el peso.
La arquitectura de los sistemas eléctrico y neumático han sido estudiados en conjunción con United Tecnologies, mientras que el diseño del sistema de combustible ha sido desarrollado por Argo-Tech.
La fiabilidad, operatividad y ruido del motor, han sido estudiados por Pratt & Whitney, fabricante de los turbofans JT8D- 219. Aerión tiene que decidirse aún sobre cómo van a confirmar el diseño de las herramientas para predecir el flujo laminar supersónico en vuelo, para así poder establecer los valores críticos de performance.
Otras alternativas son las pruebas en un túnel de viento de alta presión transónico que realice pruebas de una mayor sección del ala, pero tiene limitaciones. Aerion, mientras tanto, continuará sus pruebas en los Laboratorios Nacionales de Sandia, Nuevo México.
FUENTE: Flightglobal