"Peregrinar es un acto de fe, pero también es un acto físico que toda persona debería hacer en algún momento de su vida." El consejo es del joven escritor Juan Terranova, autor de La virgen del cerro. María Livia y el milagro de la fe (Sudamericana).

Sin otra pretensión más que "contar la experiencia de un peregrino", Terranova relata en su libro con sumo detalle lo que escuchó y vio durante las dos peregrinaciones hacia el cerro salteño en el que una mujer, María Livia Galliano de Obeid, dice ver y escuchar a la Virgen María desde hace 17 años.

El caso genera una amplia controversia y llevó al arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, a distanciarse de las revelaciones que realiza la mujer, como informó ayer LA NACION.

Todos los sábados, desde hace seis años, unas 3000 personas llegadas de distintos puntos del país suben un cerro cercano a la capital salteña, en la zona de Tres Cerritos, para participar de una oración personal que hace la señora de Obeid. En el cerro funciona un "santuario", según lo llaman los organizadores, a cielo abierto, con una pequeña ermita donde hay una imagen de la Virgen.

Desde Buenos Aires, todos los meses salen contingentes de unas 500 personas en colectivos y aviones. Terranova, de 32 años, participó de dos de esos viajes a fines del año pasado.

Se trata de un fenómeno con el que la Iglesia pone reparos. Si bien la comisión de investigación de los hechos -creada por el Arzobispado de Salta hace poco más de un año- aún no se ha expedido, el arzobispo Cargnello prohibió la difusión de los mensajes que la señora Livia dice recibir y se desentendió de las actividades que se realizan en el cerro.

"Sobre la base de los acontecimientos disponibles no podemos avalar como verdad objetiva los acontecimientos extraordinarios que son presentados como originales de la convocatoria ni de aquellos que se relatan como ocurridos en ella. La convocatoria, los mensajes que allí se imparten y todo el desarrollo de la misma están fuera de la conducción pastoral. Por ello no podemos avalar ni estimular la concurrencia de ella", escribió el arzobispo en junio del año pasado.

En el libro, Terranova deja en manos de los lectores las interpretaciones sobre lo que pasa en el cerro salteño y sólo agrega su experiencia personal en el lugar, a lo que suma información recogida en diferentes sitios web.

Consultado por LA NACION sobre la postura de la Iglesia, Terranova afirmó: "Lo que dijo el arzobispo está bien. Estas cosas requieren un procedimiento de estudio que lleva mucho tiempo. Fátima, por ejemplo, fue aceptada después de 70 años".

Popular y masivo

Sobre el libro, el escritor y periodista aclara que "no es una investigación periodística". Y cuenta: "Hice un compendio de lo que escuché y vi durante los dos viajes que hice a Salta y todo lo que encontré en Internet".

El escritor advierte que no habló con la "vidente", el arzobispo, los organizadores de las actividades en el cerro o de las peregrinaciones desde Buenos Aires ni con los miembros de la comisión investigadora del arzobispado. Su intención fue narrar su experiencia desde la visión de un peregrino.

"Me interesan las culturas populares y los fenómenos masivos. Lo que me mueve a escribir es el deseo de narrar una historia, y en la peregrinación al cerro hay muchas historias dando vueltas. Las de las personas que van y las de otros que ellas conocen", dice Terranova, que se autodefine como un "marianólogo amateur".

Terranova trabaja en el diario Perfil y es autor de las novelas El pornógrafo , El caníbal y El bailarín de tango .

En el epílogo de su descripción escribe: "Un ateo puede ir al cerro y negar la existencia de Dios, negar las apariciones de la Virgen, desconfiar de los milagros y de los mensajes. Pero no es tan simple pasar por alto los sacrificios de los peregrinos que se esfuerzan para llegar desde todas partes a Salta. La fe en el cerro existe".

Silvina Premat
lanacion.com.ar