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Viernes, 08 Junio 2007 05:18

Li Ka-shing: El más rico entre todos los chinos

08 JUN 07 - PDU
Con u$s 23.000 millones, es dueño de un perfil de negocios único, donde se destaca su altísima exposición. Noveno en el ranking Forbes, va por más.

Li Ka-shing no es un nombre que despierte demasiadas asociaciones en la memoria. Aunque debería, ya que la revista Forbes le otorgó el puesto número 9 entre los hombres más ricos del mundo. Y más todavía cuando el mayor magnate del continente asiático se ganó este sitio literalmente a pulso, cuando su fortuna –a marzo de este año- quedó valuada en unos u$s 23.000 millones.

Revisar la historia de Li Ka-shing es adentrarse en una ejemplar fábula aleccionadora sobre las oportunidades opciones que abre el mejor capitalismo: el hombre que sin mayor educación, hijo de un maestro emigrado sin dinero; comenzó como humilde vendedor, trabajando 16 horas por día, llegó a amasar una enorme fortuna y a manejar un masivo conglomerado de compañías (Ver Recuadro).

El hombre que integra el Top Ten de los multimillonarios globales, es el Number One de Asia, tiene hoy 78 años. Nació en 1928 en Chiu Chow, en la provincia de Guangdong. Y a los 12, escapando de las turbulencias de la guerra, emigró con su familia, al por entonces británico territorio de Hong Kong.

FLORES DE PLÁSTICOS. Cuando, en 1943, falleció su padre, el quinceañero Li dejó la escuela y se cargó en sus hombros la manutención de sus hermanos y su madre. Salió a vender mallas de relojes primero y luego pasó al rubro "flores plásticas". Con jornadas de 16 horas, se mostró más que hábil en esta tarea y pronto era responsable de ventas de la compañía.

Mientras tanto, seguía su auto-formación, comprando y leyendo libros de segunda mano y devorando revistas técnicas. De hecho, ahora diserta, con suficiencia, sobre tecnologías 3G de telefonía. O invierte inteligentemente en nuevas empresas de la Web 2.0.

Pero, volviendo a su historia, otra fecha clave es 1950, cuando el hombre rompió el chanchito de sus ahorros y juntó dinero de amigos y relaciones para fundar su propia empresa, Cheung Kong. Con ella haría su primera fortuna, fabricando y vendiendo en un rubro que ya conocía bien: plásticos. Su secreto fue conseguir varios contratos de exportación para sus productos y comenzar a suplir órdenes para el mercado de EE.UU.

En 1958 decidió diversificarse, haciendo sus primeras inversiones en Real Estate y desde entonces se casó con el crecimiento y los buenos negocios. Para 1972, su empresa debutaba en la bolsa local y un lustro más tarde dio el salto a la expansión global cuando, en 1979, se hizo de Hutchison Whampoa. Hutchison le dio el control de terminales de containers e infraestructura en diversos puertos de todo el mundo. Por cierto, el valor de la acción original de 1972 se multiplicó por 30.

Superman oriental. Bautizado chiu yan (Superman) por la prensa de Oriente, Li Ka-shing parece compartir con el superhéroe uno de sus superpoderes: la punzante visión de rayos X, que le permite adelantarse a los ciclos económicos. Por ejemplo, comenzó a invertir fuerte en negocios inmobiliarios mucho tiempo antes de que China tomara el control formal del territorio de Hong Kong de manos británicas. De hecho, ya durante la álgida revolución Cultural de Mao, centenas de asustados habitantes chinos de la Colonia malvendieron propiedades para emigrar a Occidente. Li Ka-shing compró

 
Por Enrique Garabetyan
Revista Fortuna.