Sorprendentemente, el negocio llega hasta la misma cúpula de San Pedro donde hace unos meses se instaló una cafetería en su terraza.
Allí, las vistas de las que podemos disfrutar son espectaculares, pues no sólo queda la Plaza de San Pedro a nuestros pies, sino que alcanzamos a ver gran parte de Roma e incluso más allá del río Tíber.
Curiosamente, la cafetería, que fue inaugurada sin apenas conocimiento de ninguno de los empleados que trabajan en el Vaticano, no tiene nombre. Sin embargo, un periódico local descubrió su existencia al ver que sobre la terraza de la cúpula diseñada por Miguel Angel rezaba un cartel que ponía "Ristoro/Refreshment". Desde entonces, ahora que se ha hecho público corre en boca de todos un nombre popular: "la Santa Cafetería Apostólica".
Eso sí, no podremos disfrutar de una cerveza ni de una copa de vino porque está prohibida la venta de alcohol en el local y, rodeados de un ambiente propio del lugar en que se encuentra, nos piden amablemente que no se saquen las bebidas fuera ni que se continúe la visita a la Basílica con el café en el mano
Libres de todo pecado, sin lugar a dudas.
Fuente: locuraviajes.com