"Los extranjeros son presa del desamparo y nos lanzan llamadas de auxilio al albur de un destino incierto", explica el filósofo
El Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2008, Tzvetan Todorov, expresó que "los bárbaros son los que consideran que los extranjeros pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio o condescendencia".
Todorov realizó estas manifestaciones durante el discurso que pronunció hoy durante la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias en el teatro Campoamor de Oviedo.
El filósofo, nacido en Sofía (Bulgaria), destacó que ser civilizado no significa haber cursado estudios superiores o haber leído muchos libros, o poseer una gran sabiduría: "Todos sabemos que ciertos individuos de esas características fueron capaces de cometer actos de absoluta perfecta barbarie".
En este sentido el lingüista y teórico literario manifestó que ser civilizado significa ser capaz de reconocer plenamente la humanidad de los otros, aunque tengan rostros y hábitos distintos a los nuestros; saber ponerse en su lugar y mirarnos a nosotros mismos como desde fuera. "Nadie es definitivamente bárbaro o civilizado y cada cual es responsable de sus actos", apuntó.
Todorov resaltó que los ciudadanos en otro país que no es el suyo son "presa del desamparo y nos lanzan llamadas de auxilio". "Esto nos atañe a todos, porque el extranjero no sólo es el otro, nosotros mismos lo fuimos o lo seremos, ayer o mañana, al albur de un destino incierto: cada uno de nosotros es un extranjero en potencia", añadió.
El historiador búlgaro explicó que el mundo "jamás" había sido escenario de una circulación "tan intensa" de los pueblos que lo habitan, ni de tantos encuentros entre ciudadanos de países diferentes y añadió que las razones de tales movimientos de pueblos e individuos son múltiples como la celeridad de las comunicaciones; la actual rapidez y facilidad de los viajes y la globalización de la economía, entre otros.
"Otros huyen de la violencia que asola sus países: guerras, dictaduras, persecuciones y actos terroristas. A todas esas razones que motivan los desplazamientos de las poblaciones se han sumado, desde hace algunos años, los efectos del calentamiento climático, de las sequías y de los ciclones que este conlleva", explicó Todorov.
El filósofo añadió que el siglo XXI se presenta como aquel en el que numerosos hombres y mujeres deberán abandonar su país de origen y adoptar, provisional o permanentemente, el estatus de extranjero.
"Todos los países establecen diferencias entre sus ciudadanos y aquellos que no lo son, es decir, justamente, los extranjeros. No gozan de los mismos derechos, ni tienen los mismos deberes", apuntó.
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