la empresa estatal Infraero dijo en un informe en su sitio de internet que desde la medianoche hasta media mañana de los 600 vuelos previstos en todo el país al menos 171 tuvieron retrasos de más de una hora y 91 fueron cancelados.

TAM dijo en un comunicado que debido a la previsión de lluvias en la jornada canceló 68 vuelos que debían llegar o salir desde la terminal de Congonhas, donde se estrelló el Airbus 320. La línea aérea agregó en su nota que otros 22 vuelos fueron desviados desde Congonhas hacia la terminal internacional de Guarulhos, también en San Pablo.

Aunque no se han dado informes oficiales sobre las causas de la tragedia de la semana pasada, especialistas y pilotos han dicho que la pista principal de 1.940 metros de Congonhas, donde ocurrió el choque, es corta y resbaladiza en momentos de lluvias para naves de gran porte como un Airbus.

Esa pista principal permanece cerrada desde el accidente, mientras la segunda, llamada auxiliar y aún más corta, ha estado operando de forma intermitente según lo permitan las autoridades en función de las condiciones climáticas, lluvias o intensa neblina.

Con la acumulación de vuelos del fin de semana, imposibilitados algunos de partir o seguir su trayecto por la falta de comunicaciones en Manaos, hubo un efecto cascada en el resto de las terminales, según Infraero.

Si bien algunos pasajeros sienten que es mejor dar prioridad a la seguridad y no volar en ciertas condiciones como el mal tiempo, otros están furiosos ante la crisis en los vuelos de cabotaje que parece no tener fin.

"Esto es un chiste", dijo José Tereza, un doctor de 52 años, cuyo vuelo fue cancelado ayer debido a la lluvia y después de 16 horas de espera en el aeropuerto vio hoy nuevamente cancelada su salida. "Ahora voy a tener que hacer un viaje de seis horas en micro, pero he escuchado que los autobuses están llenos debido a esto" de los problemas en las terminales.

Tereza, como muchos, critican al gobierno por no haber invertido lo suficiente en la infraestructura aeroportuaria en los últimos cinco años, período en que el número de vuelos y pasajeros ha aumentando considerablemente.

El presidente de Infraero, José Carlos Pereira, ha estimado que hasta fines de 2007 unos 3 millones de pasajeros dejarán de usar ese aeropuerto debido a medidas anunciadas por el gobierno para descongestionar la terminal.