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Martes, 24 Julio 2007 18:32

La maravillosa lista de Wilder

por Damián Argul 

25 JUL 07 PDU

Tras mantenerse a lo largo de varias centurias ,quizás miles de años, (Herodoto ya hablaba de ellas) las pirámides de Egipto perdieron su lugar entre las 7 maravillas del mundo.

Semanas atrás en Portugal, las Siete Nuevas Maravillas, fueron proclamadas y profusamente difundidas por la prensa mundial.

Lo curioso es que las siete, fueron casi unánimemente aceptadas, con algunas excepciones de peso, como la UNESCO.

Lo maravilloso es comprobar, cómo la labor de prácticamente un hombre en solitario con el apoyo de Internet, ha logrado un apoyo de cien millones de clics en su web.

Este hombre, es el millonario suizo-canadiense Bernard Wilder, cincuentón, que ha incursionado en el cine, dirige un pequeño museo dedicado a Le Corbusier y es un apasionado por la aventura en general y la aviación en particular.

El logro de Wilder es espectacular, y ya se habla de las corrientes turísticas que generará su lista, poniendo en peligro la conservación de aquellos lugares que quiere preservar.

Es que estas listas y torneos, son generalmente apasionantes, van desde el Oscar a "los peor vestidos" ; del Nobel alBalón de Oro y del Príncipe de Asturias al Pichichi, aunque este último es el menos discutido pues en la jerga futbolera "goles son amores y no buenas razones".

Es que las buenas razones, pueden ser discutibles, como la de dejar afuera, en forma elegante, a las pirámides de Egipto, algo que parecía deducirse de cierta rispidez de Wilder con las autoridades de ese país.

Parece discutible limitar a solamente siete, las maravillas conocidas en el siglo XXI.

La lista anterior estaba limitada a un mundo más pequeño, el que San Pablo, transitaba frecuentemente sin más propulsión que su fe, el mismo que hoy, cualquier turista puede recorrerlo en un crucero de siete días.

Si se quería mantener el número cabalístico, quizás debería haber sido setenta veces siete para de ese modo, incluir entre otros, La Alhambra, Angcor, Los Moais, los guerreros de Xian, Copàn, sin contar museos, catedrales y plazas.

La lista es, además de corta, confusa, ya que parece mezclar lo estético con valores simbólicos, entornos geográficos o habilidades técnicas. Si nos quedamos en la belleza, a la luz del concepto de valor cósico de Martín Heidegger, uno diría que

en Roma se podría elegir Il Capidoglio y que en lugar del Cristo Redentor ,en el propio Brasil, uno se quedaría con los Apóstoles de Cogonhas do Campo.

Por nuestra parte en una lista caprichosa, no nos olvidaríamos de la Plaza San Marco (Venecia),del Canal de Panamá, de la Capilla Rothko (Houston) del Jardín del MOMA, el Puerto de Hamburgo, la rueda Fallkirk ( Escocia) o el Gran Buda y el templo de Kotokuin en Japón.

Sabemos que nuestra memoria y sensibilidad nos están haciendo cometer muchas injusticias. Pero no nos preocupa, Wilder ya está ofreciendo para el 2008 la lista de las Siete Bellezas Naturales.

Sin duda tendremos listas para rato.