La despenalización del aborto sorteó su primer escollo al recibir ayer la media sanción del Senado. Los promotores dan por descontado que en Diputados será aprobada y que la gran batalla se librará cuando el presidente Tabaré Vázquez la vete.
Minutos antes de la hora 20, algo más de dos decenas de mujeres que se encontraban en las barras del Senado aplaudieron la decisión del cuerpo. El vicepresidente Rodolfo Nin Novoa resolvió no reprimir la manifestación, aunque no está permitida por el reglamento.
Las casi cuatro horas anteriores en las que se debatió la despenalización del aborto habían transcurrido en total normalidad y nada había alterado la marcha de la sesión. Cuando comenzó el debate a la hora 16, en las barras del recinto había cerca de 60 personas, un número sensiblemente menor que en la sesión del 17 de octubre, cuando la despenalización del aborto había fracasado. En su mayoría eran mujeres. Dos de ellas asistieron con niños en sus brazos.
En esta oportunidad, desde el comienzo de la sesión y hasta que la interrupción del embarazo fue aprobada de manera general por voto nominal de los senadores, predominaban en las barras los activistas que están en contra del proyecto de ley. Cuando los senadores comenzaron a votar artículo por artículo la despenalización del aborto, estos activistas se retiraron y llegaron a las barras representantes de las organizaciones que apoyan el texto.
Además, en uno de los palcos del recinto observaron toda la sesión los integrantes de la subcomisión de Salud Sexual y Reproductiva del Mercosur.
La escasa concurrencia se explicaba sola. En esta oportunidad no había misterios sobre lo que podía ocurrir en sala. La partida se jugaba con las cartas vistas. Asamblea Uruguay había mandatado a Alberto Cid a acompañar el texto y los senadores opositores Julio María Sanguinetti (Partido Colorado) y Julio Lara (Partido Nacional) habían anunciado su apoyo a la iniciativa. El resultado fue el previsto: 18 votos a favor de la despenalización del aborto y 13 en contra.
EL PRESIDENTE. Cuando justificó su voto por la positiva, Cid reiteró su argumento de la sesión del 17 de octubre. "Mi ánimo era no exponer a la figura del compañero presidente Tabaré Vázquez", dijo. Enseguida explicó que en el Consejo Político Nacional de Asamblea Uruguay se decidió que los motivos políticos no eran válidos a la hora de pronunciarse sobre este tema.
A su turno, Sanguinetti sostuvo que los parlamentarios del Frente Amplio se encuentran en "una situación incómoda porque no están decidiendo a cabalidad" sobre el asunto. "No comprendo a la bancada del gobierno, que lo que hace es ir en contra del gobierno", dijo en alusión al ya anunciado veto de Vázquez.
Por su parte, Lara se limitó a expresar su posición afirmativa. No argumentó su posición y permaneció en silencio durante todo el debate. El senador recibió correspondencia en su despacho en la que se le cuestionaba el voto afirmativo.
Entre el oficialismo hubo varios suplentes ocupando las bancas de los senadores titulares. El diputado Luis Rosadilla ocupó la banca de Alberto Couriel, la diputada Nora Castro la de Eleuterio Fernández Huidobro, Luis Oliver ocupó la de Eduardo Ríos y Carlos Gamou ocupó la banca de Lucía Topolansky.
Sólo Fernández Huidobro pidió licencia expresamente por la discusión en sala de la despenalización del aborto. En caso de estar en sala, el ex tupamaro hubiera votado a favor después de argumentar en contra del proyecto.
La despenalización del aborto será debatida en unas semanas en la comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Se descuenta que recibirá la sanción en el plenario.
Cuando Vázquez interponga su veto los promotores del articulado deberán torcerle el brazo y lograr en la Asamblea General los tres quintos de votos de los presentes.
78 votos levantan el veto
Mientras se da por descontado que el proyecto de Ley de Sexualidad y Salud Reproductiva será aprobado en la Cámara de Diputados, las especulaciones ahora se centran en la votación en la Asamblea General ante el anunciado veto a las disposiciones sobre el aborto realizado por el presidente Tabaré Vázquez. Se requieren tres quintos de legisladores en sala (78 votos si están los 31 senadores y los 99 diputados) para dejar sin efecto la observación presidencial. Los partidarios de despenalizar el aborto aseguran que están los votos pero no existe un relevamiento preciso de los objetores de conciencia que hay en todos los partidos ni cómo pueden influir ausencias y suplencias de legisladores.
Varias normas constitucionales regulan este proceso:
"Si recibido un proyecto de ley, el Poder Ejecutivo tuviera objeciones que oponer u observaciones que hacer, lo devolverá con ellas a la Asamblea General, dentro del plazo perentorio de diez días" (Artículo 137).
"Cuando un proyecto de ley fuese devuelto por el Poder Ejecutivo con objeciones u observaciones, totales o parciales, se convocará a la Asamblea General y se estará a lo que decidan los tres quintos de los miembros presentes de cada una de las Cámaras, quienes podrán ajustarse a las observaciones o rechazarlas, manteniendo el proyecto sancionado" (Art. 138).
"Transcurridos treinta días de la primera convocatoria sin mediar rechazo expreso de las observaciones del Poder Ejecutivo, las mismas se considerarán aceptadas" (Art. 139).
"Si las Cámaras reunidas desaprobaran el proyecto devuelto por el Poder Ejecutivo, quedará sin efecto por entonces, y no podrá ser presentado de nuevo hasta la siguiente Legislatura" (Art. 140).
"En todo caso de reconsideración de un proyecto devuelto por el Ejecutivo, las votaciones serán nominales por sí o por no, y tanto los nombres y fundamentos de los sufragantes, como las objeciones u observaciones del Poder Ejecutivo, se publicarán inmediatamente por la prensa" (Art. 141).
"Reconsiderado por las Cámaras reunidas un proyecto de ley que hubiese sido devuelto por el Poder Ejecutivo con objeciones u observaciones, si aquéllas lo aprobaren nuevamente, se tendrá por su última sanción, y comunicado al Poder Ejecutivo, lo hará promulgar enseguida sin más reparos (Art. 142).
fuente: elpais.com.uy