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Miércoles, 21 Noviembre 2007 19:35

Vuelos de PLUNA a La Meca : por la plata, no solamente baila el mono...

 por Sergio Antonio Herrera

21 NOV 07 PDU
Aparentemente, recién comienza la controversia sobre la operación "Jeddah" y sobre el acierto o el error de quienes comandan la aerolínea.

Nosotros, no hace falta que lo digamos, si bien -de verdad- respetamos todos los credos, ideologías y opciones, no somos musulmanes y nos situamos en las antípodas de sus creencias y costumbres.

La realidad indica que el Consorcio Leadgate, cuando se hizo cargo de PLUNA, entre otros "legados", recibió el Boeing 757-200, un avión que no es fácil de acomodar en la malla de vuelos de la empresa y el cual, debe devolver en mayo del próximo año.

A través de un broker, PLUNA consigue este contrato de arrendamiento que no solamente le posibilita abrir un mercado insospechado, sino que le reportará a sus exhaustas arcas, la más que importante suma de ochocientos mil dólares mensuales hasta abril del 2008.

Según el Gerente General Matías Campìani, en la entrevista que le hiciésemos ayer, ese ingreso permitirá abatir el 50% del déficit  mensual proyectado.

Si el operativo a realizar, no tuviese las connotaciones especiales que le rodean, seguramente con la firma del contrato, habría feriado nacional y se comenzaría a diseñar una estatua en homenaje a Campiani ( o al broker).

Pero, hay que transportar pasajeros musulmanes a La Meca y las exigencias tienen directa relación con usos y costumbres del mundo árabe y entonces no habrá tripulantes homosexuales, las azafatas deberán vestir Abaya y cubrirse el rostro y la cabeza, los tripulantes masculinos no podrán usar bermudas ni shorts y alguna cosa más.

Entonces, ya aparecieron los cuestionamientos en el Parlamento por parte de dirigentes de la oposición y diversas manifestaciones y comunicados como alguno que publicamos hoy y obviamente, hasta algún colega con esa claridad y oportunidad de los "opinólogos metapatistas", se preguntó por qué, en lugar de hacer este operativo, no se utilizaba el avión para traer turistas a Punta del Este (¿tiene algún pedido de plazas confirmado?), como si esa omisión se le pudiese achacar a PLUNA, a esta PLUNA reciente, en forma exclusiva.

Fieles a nuestra costumbre, nos pronunciamos.

La aerolínea PLUNA, sociedad anónima que cuenta con la participación del 75% de sus acciones en manos privadas y el restante 25% en las del Estado, se mueve en el mundo de los negocios, en el mundo del libre comercio y es, sin ningún tipo de dudas, como toda empresa comercial, una entidad con fines de lucro.

Su supervivencia y por ende, el trabajo de cientos de uruguayos, están condicionados al cumplimiento de una exitosa gestión comercial. Reiteramos, exitosa gestión comercial; no decimos correcta ni aceptable; la gestión de PLUNA, si no es exitosa, no podrá revertir la situación actual.

El valioso capital que suponen los recursos humanos de la compañía, se inscribió en la nómina para la operación en forma VOLUNTARIA y está siendo informado y preparado, permanentemente al respecto.

Eso quiere decir que las azafatas, de motu propio, van a usar la túnica negra y se van a cubrir el rostro y la cabeza y que los tripulantes hombres no van a usar shorts ni bermudas porque así lo aceptaron.

Ni los unos ni las otras van a consumir alcohol ni drogas y no van a pretender ir a La Meca.

Lo más chocante de la realidad impuesta, es la discriminación por opción sexual que erradica de plano a los tripulantes homosexuales.

Llegados a este punto, -no lo hemos consultado- pero los funcionarios gays de PLUNA, al igual que los judíos, no deben tener ninguna intención de viajar al  territorio de un pueblo tan opuesto a sus realidades, creencias y convicciones. Ya sean gays o judíos, son seres pensantes, mayoritariamente cultos e inteligentes y no se nos ocurre que tomen la posición del perro del hortelano.

Hemos hecho una rápida consulta con algunos destacados referentes de la actividad y el resultado fue de unánime aprobación a la operación.

Con la clásica frontalidad que caracteriza a uno de los empresarios consultados, nos dijo: "los uruguayos somos especialistas en pontificar con el bolsillo de los demás; los que están en desacuerdo con esta operación, para que no se haga, que traigan un millón y medio de dólares mensuales y se soluciona la controversia". Nos vemos.